El homenaje a Martin Luther King sirve de tregua a Obama y Clinton

Ambos candidatos luchan por el apoyo de la comunidad negra en Carolina del Sur

La Razón, Marta G. Hontoria, 23-01-2008

Marta G. Hontoria

Washington – No hay descanso ni tregua para la intrincada carrera demócrata a la Presidencia. Hillary Clinton, Barack Obama y John Edwards se lanzaron ayer en picado en Carolina del Sur para recoger la antorcha del legado de Martin Luther King. En la fiesta nacional del líder de los derechos civiles, los candidatos acompañaron a miles de personas en una marcha hacia al Capitolio de Columbia, la capital de este estado del cinturón de la Biblia estadounidense, donde aún ondea la controvertida bandera confederada, para muchos símbolo del racismo. El tributo tenía, cómo no, carácter electoral.

Clinton y Obama se van a volcar con la comunidad afroamericana de aquí al sábado, día de las primarias en Carolina del Sur. Definitivamente la raza, una bomba política rara vez a debate, está en el centro de la campaña electoral. Las expectativas son altísimas para Barack Obama, que espera ser el primer presidente negro de EE UU. A primera vista, parecería lógico que Obama conquistara el corazón de los afroamericanos, que representan el 60% de la población de este estado. Pero no se puede desestimar los recursos del matrimonio Clinton, que en Nevada ejecutó una serie de ataques coordinados por el ex presidente que resultaron muy efectivos.

Ataques a Bill Clinton

Aunque Obama ha querido mantener su dialéctica limpia, ayer acusó directamente a Bill Clinton de distorsionar sus palabras, preludio de que la campaña en Carolina del Sur va a ser demoledora. El afroamericano fustigó al ex presidente por llevar el apoyo a su mujer a un nivel «muy preocupante». «Sigue haciendo declaraciones que no están basadas en hechos», recalcó Obama a la cadena de televisión ABC, refiriéndose, entre otras cosas, a las palabras de Bill Clinton calificando la posición de Obama en Irak de «un cuento de hadas».

Además de enfrentarse directamente a los Clinton, ésta va ser la primera vez que el candidato se dirija a una audiencia negra y hable de tú a tú. Hasta ahora, Obama se ha mantenido neutral en cuestión de raza, en un intento deliberado de romper las fronteras entre blancos y negros. La división, sin embargo, existe, como demostraron los resultados de los «caucuses» de Nevada el pasado sábado. Según los sondeos a pie de urna, el 65 % de los hispanos votaron a Hillary Clinton, mientras que el 83% de los afroamericanos apoyaron a Obama.

Llamada a la unidad

El pasado domingo, el senador de Illinois acudió a un servicio religioso en la histórica iglesia de King en Atlanta, la Ebenezer Baptist, donde ofreció un aperitivo de lo que va a ser su campaña en Carolina del Sur. «La unidad es la gran necesidad del momento», dijo Obama. «Les pido que caminen conmigo, que marchen conmigo, y unan sus voces con la mía. Juntos cantaremos la canción que derribe las barreras que nos dividen, y levantaremos un Estados Unidos que es indivisible, con libertad y justicia para todos», añadió el precandidato demócrata.


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