Dos inmigrantes muertos en la costa gaditana

Diario Vasco, , 23-01-2008

SEVILLA. Un total de 111 inmigrantes de origen subsahariano y magrebí arribaron a las costas andaluzas en las últimas horas. Dos de ellos murieron tras volcar cerca de la costa gaditana la embarcación en la que viajaban y otros quince se encontraban anoche en paradero desconocido.
La primera llegada de inmigrantes en patera se registró la tarde del lunes, cuando una embarcación en la que viajaban once personas, entre las que se encontraba una niña de 3 años, tocó tierra en la costa de Carboneras (Almería), poco antes de que los tripulantes fueran detenidos por la Guardia Civil.
Poco después, a primeras horas de ayer, agentes del instituto armado volvieron a detener a otros dieciséis inmigrantes magrebíes, todos varones adultos, que viajaban en una patera que llegó a la playa de los Genoveses, en el parque natural de Cabo de Gata-Níjar.
En torno a las 14.30 horas, otras 29 personas de origen marroquí llegaron al puerto de Barbate (Cádiz) tras haber sido interceptados por Salvamento Marítimo.
Este hecho se produjo unas horas después de que Salvamento Marítimo tuviera conocimiento de que volcase, muy cerca de la costa de Torre del Puerco, en el término municipal de Conil de la Frontera (Cádiz), una embarcación similar con 17 tripulantes. Posteriormente se confirmó la muerte de dos de ellos, tras haber sido rescatados sus cuerpos por el helicóptero Helimer Andalucía, mientras que las otras quince aún se encontraban en paradero desconocido.
Por otra parte, se interceptó otra embarcación con 38 tripulantes frente a la costa granadina, lo que supone la primera patera interceptada en las costas de la provincia en lo que va de año. Estas personas, que estaban en buen estado, fueron localizadas por Salvamento Marítimo a unas 25 millas al sur de Motril tras recibir el aviso de un barco de bandera inglesa. Su llegada a tierra se produjo al mismo tiempo que un cayuco con 34 inmigrantes, de los que al parecer cinco son menores, arribaba al puerto de Los Cristianos, en Tenerife. EFE

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