ourensana, fue juzgado ayer en la capital ourensana.

Tras varios meses de internamiento en el centro de menores Monteledo y después de haber protagonizado incluso un intento de fuga el pasado mes de octubre, R. J. R., natural de Colombia, se sentó ayer en el banquillo de los acusados, imputado en un delito de homicidio en grado de tentativa. Se encarga de dirimir su responsabilidad en los hechos el juzgado de menores de la capital ourensana, puesto que según sus documentos de identificación, R. J. R. tenía 17 años cuando ocurrieron los hechos.

Por ese motivo, en caso de ser condenado, el sospechoso no iría a la cárcel, dado que la Ley del Menor establece medidas de reclusión en centros cerrados. Será la magistrada quien decida, en su caso, cuanto tiempo de internamiento se impone al acusado aunque, durante el juicio de ayer, fiscal y acusación particular presentaron sus peticiones. Así, la acusación pública, ejercida por el fiscal Carlos Martínez, interesa que se impongan a R. J. R. cinco años, mientras que la acusación particular, representada por el letrado Xosé Lois Brea Sanmartín, eleva a siete los años de internamiento que reclama para el sospechoso.

Eso sí, ambas partes coinciden en calificar los hechos ocurridos en la madrugada del 6 de julio del 2007 en la capital ourensana como un homicidio en grado de tentativa, del que sería responsable el joven acusado, quien actualmente ya ha cumplido los dieciocho años.

El robo de un móvil

Según las acusaciones, R. J. R. habría sido la persona que tras una breve discusión ocurrida en las inmediaciones de un pub de la zona de As Mercedes y originada en el robo de un teléfono móvil a una mujer, habría acuchillado en el abdomen a Matías F. L., de 25 años, que quedó gravemente herido.

Esa cuchillada, así lo corroboró ayer el forense que declaró en el acto de juicio, fue profunda y afectó a varios órganos vitales de la víctima e incluso podría haberle provocado un desenlace fatal, de no ser por la rápida actuación de los servicios médicos. De hecho, el herido permaneció ingresado varios días en la UCI del Complexo Hospitalario de Ourense, teniendo que ser posteriormente trasladado al Juan Canalejo de A Coruña.

Protegidos para evitar ser identificados por el acusado, dos testigos que presenciaron aquel incidente acudieron ayer a prestar declaración y reconocieron al acusado como el autor de la puñalada, asegurando que el incidente ocurrió muy rápido. Estos mismos comparecientes, ya habían identificado, en una rueda de reconocimiento practicada días después de los hechos, a R. J. R. como la persona que clavó el arma blanca a la víctima. Ese arma nunca fue recuperada.

Lagunas

Pese a estos testimonios en su contra, el acusado no reconoció los cargos que se le imputan y aseguró en la sala de vistas no acordarse de nada de lo que ocurrió la noche de los hechos. A preguntas de las partes, el acusado dijo no recordar si había estado en la praza de As Mercedes o en otras zonas de la capital ourensana. Eso sí, cuando el letrado de la acusación particular le preguntó si llevaba puesta una camiseta de color verde -como aseguran los testigos-lo negó rotundamente, aportando una descripción completa del atuendo que vestía aquella noche.

Y aunque su defendido no reconoció los hechos, su propia letrada reclamó a la sala que, en caso de sentencia condenatoria, se califiquen los hechos como un delito de lesiones, y no como un homicidio en grado de tentativa. Además, el fiscal pidió 6.000 euros en concepto de responsabilidad civil y la acusación particular solicitó 9.000.