¿Por qué el voto inmigrante es crucial en EE UU?
Los inmigrantes son desde hace unos años un claro objetivo de los partidos políticos. El estado de Nevada es el primero en el que entran en el juego electoral de las primarias. Son más demócratas, pero los republicanos han sabido cortejarlos.
La Razón, , 22-01-2008Mauricio SÁNCHEZ RUBIO
HISPANOS
Millones de hispanos acuden con regularidad a las urnas y su número seguirá al alza.
El pasado año se experimentó un total de 1,4 millones de aplicaciones de ciudadanía norteamericana, el doble que el año anterior. De ellos, una amplia mayoría eran de origen hispano. Según la Asociación Nacional de Latinos, en estas elecciones están registrados para votar 9,3 millones de hispanos, 1,7 millones más que en los comicios de 2004. El crecimiento no tiene techo y se ha acelerado en los últimos años cuando el presidente Bush intentó forzar una nueva ley de inmigración que tenía como fin la regularización de la mayoría de los ilegales en suelo americano. El efecto llamada ha tenido su efecto y muchos han conseguido en los últimos cuatro años la nacionalidad y el derecho al voto.
REPARTO DEL VOTO
El voto inmigrante es muy cambiante y requiere de atención personalizada.
George W. Bush consiguió en 2004 el voto del 40% de los votantes hispanos seducidos por propuestas que pasaban por la legalización. Sin embargo, en los últimos cuatro años se ha comenzado a construir el muro de separación en la frontera entre EE UU y México, lo que ha generado grandes resistencias entre los hispanos. Los últimos estudios calculan que el 57% de los hispanos se consideran demócratas, una subida desde el 49% en 2006, y que se dicen republicanos el 23%, con una bajada anual desde el 28%. Aun así, el voto inmigrante tiene rasgos conservadores en base a un sencillo razonamiento: prefieren que las cosas sigan igual hasta que consigan que sus familiares crucen la frontera.
ACELERAR
Los trámites de regularización dejarán fuera a muchos votantes.
El Gobierno Federal calcula que hoy el trámite para formalizar el papeleo de regularización en Estados Unidos lleva al menos 18 meses de principio a fin. Esto haría que la mayoría de los que han solicitado ahora los papeles ya no puedan votar en las elecciones de noviembre. Los partidos estiman que la burocracia dejará fuera a más de dos millones de votantes que ahora son todavía ilegales en proceso de regularización y eso es un número muy elevado en una contienda electoral tan ajustada y abierta como la actual. El senador demócrata por Nueva York, Charles Schumer, ha detectado este problema y le ha presentado al presidente una propuesta para dejar en la mitad el proceso de naturalización. Bush ha dicho que sí, pero la maquinaria del Gobierno es lenta.
PELIGRO
Las clases más bajas temen a la inmigración y huyen de las propuestas demócratas.
El Partido Demócrata siempre ha sido pro – inmigración y la ha defendido como algo necesario para sostener la economía norteamericana. También los clichés clásicos de la izquierda han hecho que los demócratas siempre hayan simpatizado con los ilegales llegados de otros países y lo sustentan en la historia de inmigración europea durante el siglo XX como el mejor ejemplo de cómo los venidos de fuera contribuyen al crecimiento del país. Sin embargo, hoy las clases más pobres de la sociedad, principalmente negras, han comenzado a mirar con miedo a la inmigración porque ocupa su puesto en el tejido económico y social y centrifuga a muchos hacia los subsidios federales como forma de vida. Esta población, aunque parezca imposible, ha comenzado a votar a candidatos republicanos bajo promesas de freno a la inmigración. Esta realidad se ha acelerado en el sur del país.
A LA CARTA
Los republicanos se suman al modelo de inmigración a la carta.
La economía norteamericana ha sido tan fuerte durante los últimos 50 años que su factor de atracción ha sido muy amplio en el espectro de profesiones. Ahora que la locomotora parece haber ralentizado su paso, los republicanos se han apuntado al concepto de inmigración a la carta. Se trata de poner en el mercado una serie de ofertas de trabajo sólo para inmigrantes, sólo en determinados sectores y con unas condiciones muy favorables. Las asociaciones de inmigrantes han rechazado el concepto, pero los últimos estudios sobre la economía auguran que en el futuro a medio plazo, EE UU no será capaz de absorber a millones de ilegales sin cualificación como hace ahora. Si esto es verdad, ambos partidos tendrán que enfrentarse antes o después a una regularización masiva de los que ya están en el país.
msanchez@larazon.es
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