J. B.

MADRID. La Conferencia Episcopal ha alertado de la «situación de extrema vulnerabilidad y de defensión absoluta» que padecen los inmigrantes llegados a nuestro país. Con motivo de la Jornada Mundial de las Migraciones, que se celebra mañana, los obispos denuncian que, en ocasiones, la sociedad ve a estas personas «como seres inexistentes».

En su documento, el Episcopado señala que «la inmigración se ha convertido en un fenómeno humano complejo», que «necesita ser encauzado convenientemente a fin de posibilitar sus repercusiones positivas y atenuar las negativas».

Por ello, afirman, «los gobiernos, las comunidades de origen y de acogida, la sociedad civil, el sector privado, la Iglesia y también los propios emigrantes, pueden y deben implicarse para que la migración constituya un factor positivo en los aspectos sociales, económicos, políticos y religiosos».

En esta ocasión, el trabajo de la Iglesia con el mundo de la inmigración se centra en la labor parroquial, que debe «adoptar una postura activa para dar una respuesta, en la medida de sus posibilidades».

En este sentido, los obispos reclaman a los miembros de la comunidad parroquial que «ejerzan su misión profética y de denuncia ante posibles injusticias», al tiempo que les anima a «estar siempre dispuestos a defender la dignidad y los derechos humanos de los inmigrantes », así como a ayudar a la resolución de «sus necesidades elementales, evitando toda discriminación».