A Tatiele la mató el sistema

Diario de Noticias, 20-01-2008

NO importa quién fuera la mano ejecutora del fatal final. A Tatiele, brasileña de Goiás, Estado en el que viví mis años de adolescencia, me ha llenado de honda tristeza en lo personal por los muchos recuerdos que guardo de su gente, que tan cariñosamente acogieron a los inmigrantes que fuimos a convertir su capital, Goiania, en lo que es hoy. Me ha impactado también en todo lo que social y políticamente hay alrededor. Sobre todo la hipocresía. Personas y partidos que corrieron ayer a hacerse la foto pero que en 1999 votaron en el Parlamento de Navarra en contra de la Proposición de Ley de IUN, que yo defendí entonces, de “reconocimiento de los derechos sociales de las personas que ejercen la actividad de alterne”. UPN entonces argumentó que con esta ley se alentaría la prostitución, que la inmensa mayoría eran personas extranjeras y por consiguiente también un tipo de inmigración concreta.

Aquella proposición, basada en la que el gobierno alemán estaba ya tramitando para su territorio, recuperaba la competencia de regular una actividad que ya estuvo reconocida y regulada en el pasado por el Ayuntamiento de Pamplona. Tenía por objeto dar cobertura y amparo jurídico a las personas que ejercen el oficio más antiguo del mundo. Regulando su protección jurídica y social para que estas personas no estuvieran expuestas a la explotación, a la violencia y sobre todo para que pudieran denunciar a sus explotadores, a quienes les maltrataban, les retenían documentación, les exigían dinero, amenazaban a sus familias en sus países de origen y todas las condiciones infrahumanas que se siguen dando en el alterne no reconocido. La prueba de que no alentaba la prostitución ni abría ninguna puerta a la inmigración para ejercerla en Navarra está en que, rechazada la proposición en el Parlamento, la inmigración ha seguido crecido, y la prostitución es ejercida en un 90% de los casos por personas inmigrantes, tanto mujeres como hombres. Me atrevo a afirmar que con aquella Ley Foral la actual situación no sería tan trágicamente negra.

A Tatiele la mataron los hipócritas que mantienen este sistema de explotación y total desprotección. Los que ensalzan los beneficios económicos sin mirar las tragedias personales para alcanzarlos, los que piensan que lo natural es una sociedad desigual, un mundo polarizado entre la opulenta riqueza y la extrema pobreza. A esta joven brasileña la mató la indefensión de su situación, el miedo a denunciar, su condición de ilegal y la brutalidad de nuestro sistema, donde unos miran hacia otro lado desde la comodidad de su situación, otros bien informados lo consienten en el día a día y no pocos impiden desde las más altas instancias que estas situaciones tengan mecanismos de defensa. La violencia de género tiene su máximo exponente justamente en jóvenes como Tatiele. Es una muestra de ese producto bruto generado por todos que golpea visceralmente a mujeres indefensas, a la infancia desprotegida y las personas con discapacidad, especialmente psíquica. Son el chivo expiatorio de ese gran cabreo sordo que se ceba en los más indefensos. Por eso más que una condena mediática, lo que habrá que hacer es habilitar mecanismos jurídicos, protección efectiva y caminar hacia una ordenación equilibrada de nuestra sociedad. Nuevamente soy machacona, si queremos solucionar estas situaciones a medio y largo plazo habrá que educar en el respeto humano y en la valoración de la diversidad y la pluralidad.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)