Aulas de integración
El Periodico, , 21-01-2008Los colegios e institutos catalanes encajan bien y trabajan mejor la llegada del alumnado inmigrante. El incremento espectacular en estos últimos años del porcentaje de esos alumnos no ha bloqueado el sistema educativo. Y la puesta en marcha de recursos innovadores, flexibles y adaptados a las necesidades de los alumnos y a las posibilidades de cada centro, con la colaboración de los equipos de profesionales de lengua y cohesión social, da unos resultados buenos en cuanto a integración en el marco escolar y, seguramente, mucho mejores que los que necesitamos en temas como la inserción laboral o la distribución urbana de las personas y familias inmigrantes.
La política de la Conselleria de Educació de estos últimos años se ha basado en la substitución de los talleres de adaptación escolar (TAE) – – aulas externas a los centros que atendían alumnos inmigrantes de escuelas diferentes – – por las aulas de acogida de los centros, donde se atienden a los alumnos recién llegados asignados a aquel colegio o instituto. Esta medida se ha completado con la creación de los equipos de lengua, interculturalidad y cohesión social (ELIC) que acompañan y asesoran desde los servicios de la conselleria y, en esta misma línea, con el establecimiento de los planes educativos de entorno, en colaboración con los ayuntamientos de las zonas donde se implantan. Podemos considerar que estas medidas, aunque ya hace unos años que se están aplicando, todavía están en fase de implementación: no se ha completado la generalización de aulas de acogida ni se ha hecho con la dotación óptima a todos los centros que acogen alumnado de este tipo, y aún hay cientos de planes de entorno posibles por firmar.
LA PROPUESTA de centros o espacios específicos de atención al alumnado inmigrante que ha hecho la conselleria, con la idea de ahorrar la incomodidad de la matrícula viva, recuerda muchas cosas de los antiguos TAE y, por lo tanto, parece un paso atrás en la política claramente integradora (en el centro y en el entorno) que está siguiendo hasta ahora la conselleria con las medidas que se están implementando.
Habrá que saber más detalles antes de hacer una valoración exhaustiva de la propuesta, pero hay un par de detalles que no podemos pasar por alto: una atención mínimamente estable y larga en estos espacios plantea al chico o chica un doble proceso de integración, y se perdería temporalmente el referente de un grupo de compañeros y compañeras plural y normalizado, que se aprovecha muy bien ahora con las aulas de acogida, cuya estancia se combina de manera flexible y adaptada con actividades con la totalidad de compañeros de clase o de escuela.
El Pacto Nacional por la Educación tiene un capítulo en el que se plantean medidas para corresponsabilizar todos los centros sostenidos con fondos públicos en la tarea social de integración de todo el alumnado de forma adecuada y equilibrada, para asegurar la equidad del sistema educativo. La atención – – en una misma proporción – – del alumnado recién llegado por parte de todos los centros de una misma zona es, aún, un deseo insatisfecho. Hay auténtica incomodidad, también, cuando un centro comprueba que, la suya, es una desproporción en relación con los centros vecinos.
ESTÁ BIEN que se busquen medidas para mejorar la integración que hace el colegio del alumnado inmigrante, y que se busquen puentes de colaboración entre administraciones para hacerlo. Pero sin olvidar que hay una incomodidad que se relativiza si todos los centros públicos y concertados de una misma zona acogen en la misma proporción el alumnado recién llegado. Y sin descuidar las actuaciones en marcha que hay que continuar implementando y dotando, como las aulas de acogida y los planes de entorno. Solo en colaboración con estos, tendrán sentido nuevas medidas.
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