Mesa de redacción
Integración
Diario de noticias de Gipuzkoa, , 18-01-2008m
I amigo Camilo es pintor pero trabaja en un colegio como profesor. Tiene trabajo estable, unos ingresos aceptables y un domicilio fijo. Nos escribimos de vez en cuando y nos llamamos. En alguna ocasión nos hemos hecho fotos juntos. Lo pasamos muy bien. ¿Que a usted qué le importa? He pensado que quizá mucho, porque la Policía y el Gobierno del Estado han mostrado un inusitado interés en saber cuánto y cómo le quiero a Camilo. Como lo lee. Mi amigo Camilo vive en el país del “¿por qué no te callas?”. Es allí donde Hugo Chávez convirtió a Juan Carlos de Borbón en el rey de YouTube. Que si los lazos de amistad y culturales que unen a la antigua metrópoli con esta gran nación, su ejemplar transición democrática… estos son los tópicos que salen de boca del jefe del Estado español o de cualquiera de sus presidentes cuando van a ese país (lo que darían Esperanza o Gallardón por hacerlo). Pero resulta que Camilo quiere venir a pasar unos días de vacaciones. A los habitantes de su país, a diferencia de otros tan amigos del Reino de España como Colombia o Ecuador, a los que sí, no les exigen visado. Qué diferencia. Pero para venir a gastar su dinero en nuestros bares, resulta que Camilo tiene que soportar la humillación de tener que demostrar su solvencia económica. Y le recomiendan que un amigo suyo de aquí le invite a venir, porque si no existe el riesgo de que le pongan de vuelta en la T4. En este caso su amigo soy yo. En la Policía me han pedido que lleve fotos, cartas… que demuestren nuestros lazos. Además de ciento y pico euros por el trámite. Eso es integración.
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