La llegada de inmigrantes a Catalunya a mitad de curso sube a 2.500 en 3 meses

El Periodico, JORDI CASABELLA, 18-01-2008

Desde el próximo mes de septiembre, los extranjeros en edad escolar que recalen en Vic (Osona) y Reus (Baix Camp) una vez iniciado el curso serán acogidos temporalmente en unas dependencias de carácter educativo y asistencial de nueva creación. En ellas se les proporcionará unos conocimientos generales y lingüísticos básicos, durante un año como máximo, antes de ser adscritos a una escuela ordinaria. La incorporación a las aulas catalanas de casi 2.500 inmigrantes durante el primer trimestre del curso, cuatro veces más que hace un año, y la perspectiva que la situación va a ir a más han llevado a la Conselleria d’Educació a acometer esa iniciativa.
El conseller de Educació, Ernest Maragall, desveló ayer que las primeras aulas de esa experiencia piloto que funcionará durante 11 o 12 meses al año, y a la que podrán añadirse otros municipios, se ubicarán en aquellas dos ciudades, donde la gestión de la avalancha migratoria conlleva una mayor complejidad. Maragall insistió en que las nuevas “estancias” donde se formará a los recién llegados “durante 15 días, un mes o dos”, y hasta un año como máximo, evitarán, por un lado, “los problemas que comporta la llegada ciega e incontrolada” de alumnado a las escuelas a lo largo del curso. Y, por otro, “se ganará capacidad para tomar la mejor decisión” a la hora de escolarizarlos definitivamente.

DISTORSIÓN
Maragall se refería a la distorsión que origina para la tarea docente el incesante goteo de nuevas matrículas y al hecho de que, ahora, los extranjeros van a parar a los centros donde hay plazas disponibles, que acostumbran a ser los que están repletos de alumnado foráneo, con lo que el gueto no hace más que engordar. Raramente las escuelas más apreciadas por la población autóctona cuentan con vacantes una vez iniciado el curso.
El conseller aseguró que no es una medida “segregadora” sino que busca “la integración”, que se trata de un modo diferente de escolarización, pero de “incorporación al sistema educativo” en definitiva, y que los usuarios del servicio “no estarán aislados”. En apoyo de esa última afirmación citó su participación “en las actividades de los planes educativos de entorno que organicen los ayuntamientos o los servicios educativos de cada zona”, aunque sin mayor concreción.
Los efectos de la regularización extraordinaria de inmigrantes del 2005, que benefició a unos 110.000 trabajadores extranjeros en Catalunya, han comenzado a dejarse sentir sobre las concesiones de reagrupación familiar, a la que los inmigrantes tienen derecho al cabo de dos años de legalizar su situación. Y uno de los termómetros más fiables donde ha quedado registrado ese repunte es en los centros escolares.
Solo durante el primer trimestre del año académico en curso, de septiembre a diciembre, se contabilizaron 2.483 nuevas matrículas, frente a las 629 del mismo periodo del año anterior. Si el crecimiento se mantiene a ese ritmo, y teniendo en cuenta que a lo largo del curso 2006 – 2007 las inscripciones que se registraron una vez iniciadas las clases ascendieron a 3.697, en junio podrían ser cerca de 15.000 los incorporados a las aulas a destiempo.

INFORME PERSONAL
El proyecto presentado ayer, coprotagonizado por los ayuntamientos de Vic, con alcalde de CiU pero con un equipo de gobierno en el que figuran socialistas y republicanos, y Reus, con un consistorio liderado por el PSC con el apoyo de ERC e ICV – EA, es, en palabras de Maragall, un “ensayo”.
No todos los recién llegados serán escolarizados en los centros de recepción, que iniciarán el curso escolar “a cero”, o sea, vacíos. Los servicios educativos de cada zona tendrán que emitir un informe personalizado acerca de la conveniencia de ello. En principio, el alumnado de P – 3 y P – 4 (3 y 4 años), edades en las es posible acelerar el proceso de integración, es improbable que pasen por este servicio. Aunque restan aspectos de la iniciativa por determinar, el usuario tipo de las nuevas dependencias tendrá, por lo general, más de 7 años y necesitará familiarizarse con la lengua vehicular de la enseñanza, el catalán, antes de integrarse en el curso que les corresponda por edad o formación previa.
Una vez superada esa primera etapa, que según el conseller durará “cuanto menos mejor”, es probable que necesiten el apoyo que prestan las denominadas aulas de acogida, situadas en los propios centros educativos, donde durante unas horas al día los alumnos extranjeros siguen un programa de refuerzo hasta adquirir el nivel exigible al grupo – clase en el que están matriculados.
Maragall aseveró que el plan de creación de servicios educativos para los recién llegados no solo es compatible con el funcionamiento de las 1.174 aulas de acogida existentes, sino que lo complementa.

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