El obispo Uriarte ofrece las parroquias como lugar de acogida de inmigrantes

La iglesia de la Sagrada Familia de Donostia celebró ayer una misa especial por el día del emigrante y el refugiado «Debemos brindar una acogida afectiva y efectiva», dijo

Diario Vasco, ARANTXA ALDAZ, 14-01-2008

SAN SEBASTIÁN. DV. Las parroquias de Gipuzkoa quieren ser «lugar de acogida de inmigrantes», especialmente, de los jóvenes llegados. Así lo expresó ayer el obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, durante la misa oficiada ayer en la parroquia de la Sagrada Familia de Donostia con motivo de la jornada mundial del emigrante y el refugiado, que se celebra cada 20 de enero, pero que la Diócesis donostiarra adelantó para no coincidir con el día de San Sebastián.

Durante la celebración religiosa, que estuvo plagada de gestos de apoyo a los inmigrantes, presentes entre los feligreses, el prelado subrayó que «una de las dimensiones en las que los cristianos de aquí hemos de mostrar quiénes somos es la acogida afectiva y efectiva que debemos brindar a los inmigrantes». Lo merecen, dijo el obispo, por varias razones. Una, «porque son personas humanas»; dos, «porque desde una mirada de fe sois hijos e hijas de Dios»; y tres, «porque esta sociedad os necesita para su propio desenvolvimiento».

Uriarte también advirtió que «nadie debe ni puede subestimarlos, explotarlos o tratarlos con recelo o como extraños, ni convertirlos en víctimas de abusos». En este sentido, recordó a las dos fallecidos en el atentado en la T – 4 de Barajas, los ecuatorianos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio, víctimas «de la terrible violencia de ETA», que sufrieron «una muerte injusta y dolorosa que conmocionó» a la sociedad.

Uriarte señaló que los inmigrantes tienen que recibir, pero también dan. Por ejemplo, «podéis darnos el frescor de vuestra fe, reseca en Europa», pidió a los inmigrantes presentes durante la Eucaristía. Las palabras del prelado fueron directas: «Ayudádnos a ser mejores cristianos. No permitáis que el viento frío del ambiente social congele y deshaga vuestra fe».

La vida de Verónica

Al final de la celebración, una mujer llegada de Honduras ofreció su testimonio y agradeció «el aliento de Dios» en su acogida. «Se sufre mucho desde la distancia. El corazón y la mente vuelan allí en momentos tan difíciles, sin poder estar presente, ya que estamos tan lejos», describió Verónica, que lleva un año y dos meses en Gipuzkoa. «La fe – concluyó – es fundamental para mí, me está ayudando a salir adelante. Me sostiene de verdad».

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