La inmigración sigue siendo el principal problema para los ciudadanos de L’Hospitalet, pero los recelos ante el fenómeno migratorio han disminuido en el último año. El 21% de los hospitalenses señalan a los foráneos como principal fuente de preocupación, un 6,6% menos que en el 2006 y un 7,4% menos que en el 2005. Esta es una de las conclusiones del barómetro de opinión pública correspondiente al 2007, que ayer dio a conocer el ayuntamiento de la segunda ciudad de Catalunya.
Tras la inmigración, los principales problemas citados por los 1.300 encuestados son la inseguridad (18,1%), la vivienda (11,4%) y el transporte (5,5%), que aparece por primera vez en el ránking como consecuencia del fiasco en Cercanías y del corte en Ferrocarrils de la Generalitat provocado el 20 de octubre por las obras del AVE. No obstante, el 83,7% de los hospitalenses se muestran “satisfechos” o “muy satisfechos” de vivir en su ciudad, casi 10 puntos más que el año pasado. Un 81,5% piensa, además, que L’Hospitalet es una ciudad con identidad propia frente a Barcelona y otras urbes. Dos terceras partes de los vecinos creen que la ciudad ha mejorado y la misma proporción considera que aún mejorará más. Los ciudadanos consideran que las principales mejoras corresponden al urbanismo, las obras, las reformas en las calles y las nuevas infraestructuras.
En cuanto a la gestión del ayuntamiento, en manos de una mayoría formada por el PSC e ICV, los ciudadanos le otorgan un 6,6 de nota, la más alta en la última década. Los encuestados destacan que el consistorio “está arreglando el municipio y está haciendo mucho por la ciudad”. Por su parte, el alcalde desde 1994, Celestino Corbacho (PSC), recibe un 7 de nota media. Prácticamente tres de cada cuatro personas encuestadas afirman que Corbacho, también presidente de la Diputación de Barcelona desde el 2004, está siendo un buen alcalde.

PROBLEMAS DE APARCAMIENTO
Todos los servicios municipales suben la nota respecto a anteriores barómetros, con la recogida de basuras y las bibliotecas a la cabeza. El único que saca una nota inferior a 5 es el de los aparcamientos públicos, aunque también mejora.