EDITORIAL

Sarkozy airea lo que otros hacen y callan

- El derecho humano a la emigración debe atenerse a las normas del Estado de Derecho

Diario de Navarra,   PDF, 09-01-2008

E L presidente francés, Nicolas Sarkozy, defendió ayer su política de inmigración, negó que Francia trate como “criminales” a los irregulares, recordó que José Luis Rodríguez Zapatero y el primer ministro italiano, Romano Prodi han anunciado que no llevarán a cabo más regularizaciones masivas, y fue un poco más allá:“¿Sabe qué me han pedido los dos? Que Francia, Italia y España procedan a expulsiones colectivas.
Lo que hacen los socialistas italianos y los socialistas españoles, ¿no cree que debe hacerlo Francia?”, planteó Sarkozy al ser preguntado sobre las tasas anuales de expulsión fijadas por el Ministerio de Inmigración.

Al margen de que Sarkozy ha demostrado un agudo sentido de la oportunidad mediática, en este asunto se trata de saber si exagera o no la verdad. Los vuelos colectivos de expulsión existen, los organiza la UE desde hace tiempo para repatriar a los inmigrantes clandestinos expulsados de diversos países y España, Francia e Italia organizaron un primer envío conjunto de inmigrantes rumanos en septiembre de 2005, en virtud del acuerdo alcanzado meses antes por los países del G – 5, que integra también a Alemania y Reino Unido.

La libre circulación y residencia, la emigración, la proclama la Declaración Universal de los Derechos Humanos – artículo 13 – , que en diciembre cumplirá sesenta años. Ocurre, no obstante, como glosó Sarkozy, que un Estado de Derecho exige tener en orden los papeles y cumplir las reglas. Sin normas claras y justas, no hay libertad. El presidente francés añadió que, a fuerza de no cumplir las órdenes de expulsión, el Estado puede convertirse en cómplice de las mafias.

Frente a tal contundencia, fuentes oficiales de Madrid se limitaron a recordar los vuelos en el marco de la UE. Una vez más, habrá que lamentar el doble juego gubernamental. Mientras se lanzan utópicas y edulcoradas palabras a favor de una política de puertas abiertas sin límite y hasta se afirma que necesitamos nuevos cientos de miles de inmigrantes , por la puerta de atrás se expulsa a algunos, por no cumplir la ley. Será lógico que ocurra así, pero tiene que venir Sarkozy a decírnoslo.

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