Bilbao. “Hace quince años, cuando empezamos a establecernos en Bilbao, puede que sí nos separáramos más del resto de los vecinos, pero ahora no”, aseguran desde la Asociación de senegaleses Jaam. De existir segregación esta obedece a que “sólo pueden permitirse vivir en ciertos barrios”. Por eso, opinan que “las autoridades tienen que facilitar la distribución por diferentes zonas promoviendo alquileres más bajos” y que “no basta con conceder ayudas de 300 euros al mes”. Además, creen que eso “causa el efecto contrario a lo que pretenden conseguir y genera más racismo”, ya que “el resto de los vecinos se pregunta por qué ellos no reciben dinero”.

La Asociación tiene su sede en San Francisco, donde recalan “en su mayoría los recién llegados que recurren a amigos o conocidos de la zona para instalarse porque les resulta más barato”. Los alquileres en el área pueden alcanzar los “1.500 euros por un piso de entre cuatro y seis habitaciones”, que comparten varios inquilinos por no poder afrontarlo en solitario.

La relación con el resto de los vecinos es “buena”, a juicio de la Asociación, quien afirma que “todos” sus compatriotas “tienen amigos de Bilbao”. “Otra cosa”, matiza, es que “no salgamos de fiesta por la noche o que tengamos diferentes costumbres”. Desde ahí buscan trabajo “en todo: la obra, tiendas, almacenes… no sólo en la venta ambulante”. En cuanto reúnen dinero suficiente se trasladan “a Barakaldo o Sestao”. De hecho, “más del 90%” de los senegaleses que viven en Bizkaia no están en la capital". >E.C.