En un momento clave de la película This is England,retrato sentimental de skinheads en Grimsby (norte de Inglaterra) durante el primer gobierno de Margaret Thatcher (1979-1984), la bandera inglesa con su cruz roja de san Jorge, símbolo de las cruzadas de Ricardo Corazón de León, se suma a las botas Doctor Martens, camisas Ben Sherman, abrigos Crombie y demás vestuario predilecto de los cabezas rapadas.

Shaun, el protagonista, un skinhead de 13 años cuyo padre ha muerto en la guerra de las Malvinas, se lleva la bandera tras un mitin del partido xenófobo National Front. Luego se hace un tatuaje de la cruz en el brazo. Son los preámbulos rituales de un atraco armado a la tienda pakistaní de la esquina. Mientras Shaun le grita “Paki bastard” al tendero (paki,en Inglaterra, era y sigue siendo un término violento de abuso racista), el líder de la banda, el ex preso Combo, lo amenaza con un machete. Cuando uno ve This is England,que hoy llega a las pantallas españolas, la prohibición de la cruz de Sant Jordi en el escudo del Barça en Arabia Saudí no resulta tan sorprendente.

En aquellos años, reivindicar la nación inglesa era cosa de nazis y la cruz de san Jorge, sacada de la Union Jack británica, era un icono de ultraderecha. Veinticinco años después, tras el rebranding del nacionalismo inglés y la descentralización parcial del Estado británico de Tony Blair, la cruz es un símbolo mainstream.Así son los cambios en el Reino Unido desde los turbulentos ochenta. Thomas Turgoose, de 16 años, que interpreta a Shaun en la película, dijo en un encuentro con la prensa antes de Navidad que sus amigos ya “no sabrían reconocer a un skinhead si lo vieran en la calle”, y añadió que “no hay racismo en la gente joven en Grimsby; solo tíos viejos que son racistas”. Lo que probablemente es un deseo juvenil. La semana pasada un estudiante musulmán de 17 años fue apuñalado hasta la muerte en la estación de Dewsbury. Lo cierto es que nada es blanco o negro en la historia de las subculturas, las tensiones sociales, el nacionalismo y la xenofobia en Inglaterra. El director de This is England,Shane Meadows, hace esfuerzos para dejar claro en el filme que los primeros skinheads, una subcultura que nació a finales de los sesenta, escuchaban soul, ska y reggae. Combo, tras fumar unos porros, se emociona pensando en la música que inspiró a sus héroes mientras suenan leyendas jamaicanas como Jimmy Cliff y The Upsetters. Poco después, propina una paliza sádica a un jamaicano. Esa esquizofrenia era colectiva. En el skin revival de los ochenta, había grupos como los Redskins que actuaban al lado de punks de izquierdas en los conciertos masivos de al Liga Antinazi, mientras grupos de ska antinazis como The Specials y Bad Manners y el cockney punk Sham 69 atrajeron sin querer a un público de skins nazis. Asimismo, aunque Combo despotrica en la película contra Thatcher por librar una guerra estúpida en las Malvinas mientras el paro alcanzaba dos millones, las pequeñas manifestaciones en Londres contra aquella guerra, en 1982, solían encontrarse con grupos de skins conpalos.Meadows recuerda la furia violenta de la juventud obrera de los setenta y ochenta, cuando el tejido social se desfibró. Los skinheads eran la subcultura mas inequívocamente working class,explica: “Donde yo vivía no había skins de clase media”. Y, efectivamente, los skins eran una presencia entre amenazante y seductora para un segmento amplio de la juventud británica. A los 15 o 16 años, el rito iniciático incluso para los que no eran skins, igual que para Shaun, era comprar un par de Doctor Martens. “Have you blooded your Martens yet?” (¿has ensangrentado ya tus botas?), era entonces una pregunta corriente, en referencia a las primeras patadas que se tenían que dar a algún adversario, imitando a los skinheads más admirados.