Dos navidades foráneas
Diario de noticias de Alava, 04-01-2008la Navidad afronta estos días sus últimos latidos, y la llegada de los Reyes Magos con su ingente cantidad de regalos marcará este fin de semana el final del cada vez más dilatado periodo de Pascua. La población inmigrante de Vitoria afronta una celebración que a muchos les causa nostalgia de recuerdos vividos, mientras que a otros les obliga a convivir con símbolos anteriormente lejanos para su cultura.
Los colombianos son el colectivo foráneo con mayor presencia en la capital alavesa, con una población que ronda las 2.200 personas. Uno de ellos es Mario Calisto, que a sus 49 años lleva más de nueve viviendo en Vitoria. Aquí, con su familia, aprovecha estos días para retomar alguna de las celebraciones típicas de su país, como el denominado Día de las velitas, en el que todos los 7 de diciembre colocan doce velas en las ventanas de su casa, símbolo cada una de un deseo para el nuevo año.
Mario se llevó una sorpresa cuando el pasado 21 de diciembre, caminando por las calles del Casco Viejo, pudo contemplar lo que podría ser una versión gasteiztarra de esta tradición en la Noche de las velas , cuando los comerciantes de la almendra medieval iluminaron las calles con casi 20.000 velas. “De repente me vi trasladado a mi país”, asegura.
“Tratamos de celebrar estas fechas como lo hacemos allí, pero recogiendo el espíritu de aquí”, explica. Nos reunimos toda la familia tanto en Nochebuena como en Nochevieja y comemos algunos de los platos típicos, como el pavo relleno, los tamales – un plato a base de maíz cocido, carnes y vegetales – o el sancocho – sopa con patatas, carne y plátanos – . Cuando Mario llegó a Vitoria hace nueve años, la tradición navideña que más le sorprendió fue el Olentzero, “sobre todo por eso de que si te portas mal, te regala carbón”.
fiesta consumista Tras Colombia, Marruecos es el segundo país con mayor representación en Vitoria, con unos 2.000 inmigrantes, aunque con tradiciones bien dispares. Por ello, ya en su primera Navidad en la capital alavesa hace diez años, a Ahmed le chocó desde el inicio “cómo una fiesta de base religiosa se había transformado en una fiesta consumista”.
A pesar de ello Ahmed reconoce que, con el tiempo, “acabas metiéndote en la misma dinámica de gastos”, por lo que los días navideños aprovecha para adoptar el componente social que aún mantiene la Navidad y reunirse con la familia y los amigos, aunque “dejando apartada la parte religiosa”.
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