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ALMERÍA. Un total de 36 personas de origen subsahariano, entre las que se encontraban cuatro bebés, fueron rescatados en la madrugada de martes de una embarcación ilegal detectada en aguas Cabo de Gata, en Almería, después de que los propios inmigrantes alertaran a través de reiteradas llamadas por teléfono móvil de que se encontraban a la deriva. Navegaban en una patera de unos seis metros de eslora.
Según informaron a Europa Press fuentes del servicio de emergencias 112, del suceso se tuvo conocimiento, en primera instancia, cuando el servicio 112 de Cataluña remitió aviso a su homólogo andaluz sobre una comunicación de un nigeriano, al que a su vez había llamado un amigo que le había dicho que se encontraba en una patera a la deriva en alguna parte del mar entre Marruecos y Almería. Puesto que la embarcación había salido a la mar el 31 de diciembre y no se contaba con ningún dato de mayor concreción, se inició una úsqueda a lo largo de toda la costa de Almería conformado por Salvamento Marítimo, Cruz Roja y Guardia Civil, sin éxito en primera instancia.
Tras la recepción de varias llamadas más por parte del 112 de Cantabria y el País Vasco, que transferían a familiares de las personas que se encontraban en la embarcación que había salido desde algún punto de Nador (Marruecos), a las 22. 30 horas el servicio andaluz recibió llamadas desde la propia patera. Ello permitió finalmente la detección de la patera, cuyos ocupantes fueron recatados y trasladados sobre las 3.00 horas al puerto de Almería y, posteriormente, a dependencias policiales.
Nigeria, Sudán y Togo
Los ocupantes, que provenían de Nigeria, Sudán y Togo, eran 22 varones adultos, diez mujeres y cuatro bebés, dos de ellos gemelos de 10 meses. Sobre las diez mujeres que viajaban en la embarcación, de las que cinco precisaron de asistencia sanitaria a su llegada a puerto por hipotermia, deshidratación y dolor abdominal derivado de la falta de alimento y de haber pasado mucho tiempo en la misma posición, todas se encuentran ya en buen estado.
Los cuatro bebés fueron trasladados junto a sus madres a casas de acogida tuteladas por Cruz Roja.