SAN SEBASTIÁN. DV. Son tres niños y, en este caso, además de con un pan, llegaron al mundo con una noticia bajo el brazo: ser los primeros bebés en nacer en sus respectivos hospitales. Alejandro, Aitor y Urko fueron los más madrugadores y con la llegada del año nuevo quisieron estrenar también vida nueva.

A Slavina y Stanislav Stoyanov-Sokolov les encanta la película Alejandro Magno. Tanto, que han decidido llamar Alejandro a su primogénito, un bebé que, involuntariamente, se convirtió ayer en uno de los protagonistas de la jornada. Es el primer niño de este recién estrenado 2008 que nació en el Hospital Donostia. Y el más madrugador de Gipuzkoa. Llegó al mundo a las 5.10 horas y al mediodía ya posaba para este reportaje con sus felices padres, que se quedaron sin uvas pero han recibido al año con el mejor regalo posible.

Slavina y Stanislav son de origen búlgaro. Ella tiene 21 años y él, 23. Viven en Urnieta, a donde regresarán cuando la joven y su bebé, que pesó 2,4 kilos al nacer, reciban el alta. Aún débil tras el parto, pero con una gran sonrisa, Slavina recordaba cómo los médicos ya habían apuntado a jornadas señaladas para el nacimiento de su primer hijo. «Cada uno me dio una fecha distinta», explicaba en un castellano renqueante. Uno le calculó que sería madre en torno al día de Navidad; el otro, por Reyes. Al final, Alejandro nació casi en Nochevieja, y sus padres se quedaron sin el ritual de las uvas. «Las molestias comenzaron hacia las diez de la noche». Siete horas más tarde nacía el bebé, el primero del Hospital Donostia, motivo por el que los padres recibieron un cochecito para pasearle de regalo. Los abuelos paternos del pequeño, que también viven en Gipuzkoa, fueron los primeros en conocerlo. Y entre todos decidieron colocar al bebé una pulserita de color azul que tiene como objetivo evitar el mal de ojo.

Stanislav emigró hace cinco años a Navarra, donde trabajó durante mes y medio. Posteriormente se afincó en Gipuzkoa. Actualmente se encuentra en el paro. Slavina se mudó a Urnieta hace dos años. Hasta hace un par de meses se dedicó al cuidado de unos trillizos en San Sebastián. La pareja tiene intención de contraer matrimonio, «pero el papeleo lleva su tiempo y no lo hemos podido hacer antes de que naciera el niño», por lo que no descartan viajar durante una semana a Bulgaria, «donde te casas enseguida».

Aitor se adelantó

Varios horas después del nacimiento de Alejandro, a las 8.45 horas concretamente, llegaba al mundo en el Hospital del Alto Deba Aitor. Su nacimiento estaba previsto para el 9 de enero, pero se adelantó, informa Joxebi Ramos.

El 31 por la mañana su madre, la arrasatearra Maite Amado, de 36 años, rompió aguas y se dirigió al centro hospitalario pensando que nacería durante esa jornada. Pero no fue así. «Pensábamos que sería el último niño de 2007 y resulta que ha sido el primero de 2008», explicaba el padre del pequeño, el también arrasatearra Iñigo San Vicente, de 44 años. El parto fue «un poco largo, pero al final todo ha salido bien». Aitor pesó 2.759 gramos y es el primer hijo de la pareja, que reside en el barrio de Zigarrola.

Ahora Iñigo dispondrá de 15 días de fiesta, tres correspondientes al nacimiento y otros doce del permiso de paternidad. Aprovecharán estas jornadas para organizar la llegada de un nuevo «inquilino» a su casa. Tanto Maite como Iñigo trabajan, y la madre mostraba su sorpresa por la disparidad de las ayudas por el nacimiento de un hijo: «No entiendo por qué las madres que cogen parte de la jornada tras dar a luz tienen menos ayudas que si es el padre el que se acoge a esa reducción». Hablando de ayudas, algunas personas les comentaron que es posible que reciban algún regalo por el nacimiento más madrugador. Con regalo o sin él, esta pareja mostró su agradecimiento al personal del hospital por el trato recibido.

Quien ya tiene regalo anticipado de Reyes es Julen, a quien el Año Nuevo le ha traído un nuevo hermanito. Urko Lizarza Gorrotxategi fue el primer bebé del 2008 en el Hospital de Zumarraga. Este beasaindarra nació a las 12.25 horas. Su madre, Maider, no pudo tomar las uvas. Pero en estos casos, poco importa. Zorionak!