El año 2007 cerró con una saturación de los centros de menores que dependen de la Ciudad Autónoma hasta el punto que la población acogida se sitúa «entre un 20 y un 25 por ciento más de la capacidad normal» de las instalaciones diseñadas para tal fin. Así lo comentó la consejera de Bienestar Social y Sanidad, María Antonia Garbín, quien explicaba que se ha llegado «más que al límite» en esta cuestión. Las cifras que maneja la consejería en la actualidad muestran que «de los 325 niños acogidos por la Ciudad, aproximadamente 250 son menores extranjeros no acompañados». Una situación que todavía se hace más alarmante en ‘La Purísima’, donde los cálculos hablan de que cerca de 200 menores residentes ahora, cuando el centro tiene una capacidad máxima para 160 usuarios.

A pesar de la difícil situación por la que atraviesa la Ciudad en materia de menores, Garbín dejó claro que el Gobierno autónomo no piensa ampliar las instalaciones que dedica a los niños que tutela «por la falta de terrenos» y dado que no se considera una medida efectiva para resolver una situación que, en cambio, «puede conducir a un efecto llamada».

Un año sin variaciones

Aunque argumentó la consejera que en cuestión de menores no acompañados las valoraciones se han realizado «día a día» por la importancia y cobertura que dedican a este tema los medios de comunicación locales, valoró que a lo largo de 2007 «no se hayan producido variaciones importantes y no se ha llevado a cabo ninguna repatriación», como desde la Ciudad se exige al Gobierno central. Sobre los casos más llamativos de menores tutelados en Melilla, Garbín puso especial énfasis en «los abandonos de menores discapacitados» que se producen con cierta regularidad, llegados en su mayoría de Marruecos, «y los casos de adolescentes embarazadas». Como novedad y a pesar de que siempre suele producirse alguna baja debido a la celebración de la Pascua Grande, confirmó que «este año ningún menor abandonó el centro los días del Sacrificio».