Los Mossos dŽEsquadra dieron ayer por desarticulada en Barcelona y en otros municipios catalanes una banda de motoristas que pertenecía a un grupo denominado Hells Angels (Ángeles del Infierno). Los detenidos solían utilizar simbología nazi y están acusados de tráfico de drogas y armas de fuego, extorsión, robo con violencia y asociación ilícita. La Policía catalana informó de que «se han hecho diversos registros en 10 locales y domicilios relacionados con los detenidos y se han intervenido una gran cantidad de objetos relacionados con la investigación».

La desarticulación del grupo, que tuvo lugar el martes, fue llevada a cabo por agentes de la Policía catalana, con la ayuda del Grupo Especial de Intervención (GEI) de este cuerpo se seguridad. La operación permitió la detención de ocho personas. Los imputados son el presidente del grupo, Alejandro G., de 38 años; el vicepresidente, Marcos D., de 37 años; el tesorero, Ramón O., de 50 años; Manuel P., de 38; Álvaro L., de 39; Marcos Antonio R., de 37; Alexis P., de 35, y Jorge C., de 33. Seis de los ocho detenidos pasaron a disposición judicial en Barcelona y uno de ellos ya ha ingresado en prisión. Otro detenido pasó a disposición judicial en Badalona (Barcelona), mientras que el último de los arrestados, que está en libertad con cargos, declaró ante el juez en Tortosa (Tarragona).

Numerosas armas

Todos los detenidos son españoles, excepto Alexis P., que es de nacionalidad francesa. Según la Policía, Jorge C. no forma parte de Ángeles del Infierno, pero fue detenido porque intentó comprarles una pistola a los miembros de esta banda de motoristas filonazi. Según explicó Joan Maria Mulet, uno de los responsables de la investigación, los agentes descubrieron en los registros diversas pistolas, armas largas, chalecos antibalas, espadas, navajas, machetes, puños americanos y otros instrumentos peligrosos y agresivos. También encontraron medio kilo de cocaína, balanzas de precisión y elementos de corte y dosificación de la droga para la elaboración de papelinas.

Los Mossos llevaban varios meses investigando a esta banda después de que sus integrantes intentaran extorsionar a una empresa de transportes. Los detenidos, que solían hacerse pasar por empleados de empresas de cobros de morosos, se dedicaban también a extorsionar a asociaciones de motoristas.