Un filipino mata a otro a puñaladas en Barcelona tras una tarde de copas
La Vanguardia, , 24-12-2007Sonny Boy P. O., de treinta y poco años, soltero, sin hijos, obrero de la construcción, de nacionalidad filipina y que llevaba en España desde hace más de cuatro años, murió anoche apuñalado por un compatriota con el que había estado compartiendo copas toda la tarde.
La víctima llegó acompañado de una prima a una cafetería restaurante de la ronda Sant Antoni, esquina Tamarit, en Barcelona, sobre las 17,30 horas. Poco después se les unió un conocido, al que esta madrugada buscaban los Mossos. Estuvieron tomando medianas hasta las 21 horas. “La mujer apenas probó el alcohol, pero entre ellos dos se tomaron cerca de 20 botellas”, recuerda un camarero. Si sus cálculos son correctos, ambos llevaban en el cuerpo más de dos litros de cerveza. Al principio su conversación parecía amigable, a pesar de que no se sabe qué decían porque hablaban en tagalo y – aunque la mayoría de la plantilla del local es de origen filipino- quien atendía la barra es un ciudadano chino. Pero no hacía falta conocer su idioma para saber que las palabras subieron de tono y degeneraron en una agria discusión. Los dos hombres estuvieron a punto de llegar a las manos en el restaurante, pero la mujer logró interponerse entre ellos. Luego salieron a la calle. La víctima llevaba en la mano una botella. Apenas dio una quincena de pasos, según atestigua una enorme mancha de sangre en la acera. Su compatriota le asestó varias puñaladas y se dio a la fuga. La víctima logró levantarse y dar otros diez pasos, antes de volverse a caer, esta vez para siempre. Un segundo charco de sangre, festoneado de los guantes de látex y las gasas de los sanitarios, marcaba la zona. La víctima, según explicó un familiar, residía en Cornellà, pero los días festivos acostumbraba a venir a Sant Antoni, con una amplia población filipina, para reencontrarse con parientes y amigos.
Los investigadores confían en la rápida detención del agresor, plenamente identificado desde el primer momento. Tras el trabajo de los responsables de homicidios y de la policía científica, una brigada de limpieza fue llamada para adecentar la acera. Por desgracia no llegaron antes de que lo hicieran el padre y varios familiares de Sonny Boy, que se quedaron paralizados ante las manchas de sangre.
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