Europa abre las fronteras, pero no para todos

El Universal, Cynthia Rodríguez, 22-12-2007

ROMA.— Un día después de que la Unión Europea abrió sus fronteras a nueve países del este (Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia y Malta) para integrarlos al territorio de Schengen, con lo que desde ayer son ya 400 millones de habitantes que se mueven sin pasaporte desde Lisboa hasta Tallin, la situación para los llamados extracomunitarios no parece buena.Ayer por ejemplo, en Milán se dio a conocer que a partir de enero del 2008, las guarderías (asilos, llamados en Italia) estarán prohibidos para los hijos de inmigrantes que no cuenten con el permiso de residencia.Todavía este año, los pequeños extracomunitarios, hijos de “clandestinos” o cuyos padres estaban en espera del permiso de residencia, eran aceptados “bajo reserva”.Sin embargo, a partir del 15 de enero de 2008, quien no tenga el permiso de residencia no podrá ni siquiera presentar la solicitud para que los hijos puedan entrar a alguna de las 170 guarderías del gobierno.Esta nueva regla afectaría a casi 5 mil niños hijos de extranjeros que no cuentan con este permiso, pero para la asesora de educación de la ciudad de Milán, Mariolina Moioli, esta nueva regla no es tan importante y la minimiza diciendo: “No cambiará nada, verán que no quedará nadie afuera. Tenemos lugar para todos”.La cuestión de los alumnos extranjeros en Italia está regulada por varias leyes, en particular por el decreto del presidente de la República No. 394, que desde 1999 estabilizó el derecho de los menores extranjeros para entrar al sistema educativo estatal, cualquiera que fuera la condición jurídica de su familia. Un derecho que se convierte en deber a partir de que el menor tiene la edad para que la escuela sea una obligación, de tal manera que esta nueva ley milanesa pareciera una contradicción.Apenas el pasado 20 de noviembre, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, decía a propósito de la jornada mundial de los derechos de la infancia, que “los niños son todos iguales y deben tener los mismos derechos. Los hijos de los inmigrantes, que han llegado a nuestro país, deben tener los mismos derechos de los italianos”.Incluso Napolitano en su discurso había aceptado que la ley sobre la ciudadanía era demasiado restricitva y en esas fechas ya había solicitado que la ley cambiara respecto a los niños nacidos en Italia de padres extracomunitarios, a fin de que después de 5 años de residencia, les fueran otorgados todos los derechos.Pero al parecer la propuesta de la ciudad de Milán se basa en números más fríos, pues en los últimos años han aumentado las peticiones para los lugares en las guarderías, pero no los lugares ni las guarderías.En la práctica, uno de cada cuatro lugares en Milán actualmente lo ocupa un niño extranjero y, además, las estadísticas dicen que esta tendencia seguirá creciendo.

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