LA TRONERA
Sin fronteras
El Mundo, , 22-12-2007Caído el muro de Berlín, caído el último bastión del telón de acero, fortalecida la zona Schengen, Europa y su Unión podían entonar cantos de esperanza y de libertad. Sin embargo, no todo serán flores. Los países del Este tienen una formación, unas tendencias, una desconfianza ya suscitada, que los hacen sospechosos y no bien recibidos. Los países a los que emigran los reciben con recelo, u olvidan que no todos los búlgaros o los polacos o los rumanos son iguales. Pero ¿no es algo comprensible su prevención? ¿No son precisamente los inmigrantes quienes tienen que luchar por ser bien considerados, respetados, colaboradores requeridos? No generalicemos, no excluyamos nosotros, que fuimos acogidos. Pero seamos ponderados como acogedores.
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