Navidad en Estados Unidos

Migrantes recuerdan tradiciones con nostalgia

Prensa Libre, Claudia Méndez Villaseñor, 21-12-2007

Periodismo Comunitario

En diciembre, millones de guatemaltecos residentes en Estados Unidos destapan el baúl de la memoria, y reviven recuerdos navideños de la infancia, en los que no faltan las posadas, el sonido alegre de las caparazones de tortugas, el aroma del ponche y el inconfundible sabor de los tamales.

“Lo de nosotros eran las posadas”, narró Marlon González, presidente de la Coalición de Inmigrantes de Guatemala (Conguate), quien reside en Miami desde hace 28 años.

“Logramos que toda la colonia (en esa época residía en Ciudad de Plata, zona 7) participara en la posada que organizábamos con mi hermano José y mis mejores amigos. Conseguíamos las casas para que la posada comenzara el 16 y terminara el 24, con una gran fiesta”, recordó emocionado.

La posada se organizó en los 10 años siguientes, hasta que González partió a Estados Unidos.

En Miami, explicó el presidente de Conguate, la comunidad guatemalteca ha intentado mantener vivas las tradiciones. Cada 15 de diciembre, organizan la posada navideña, comen buñuelos, tamales y otros platillos de temporada. “Pero no es lo mismo que estar en Guatemala”, agregó.

Sonido de los cohetes

Igual que González, lo que más extraña Ben Monterroso, del Sindicato Nacional de Trabajadores de Los Ángeles, en Navidad son las posadas, y también los cohetillos.

“Mi abuelo era el encargado de la posada, allá en la colonia Cementos Novella (zona 6), donde vivíamos. El 24 (de diciembre), a las 12 de la noche, quemábamos cohetes y visitábamos a los vecinos para darles el abrazo”, rememoró.

“Acá, es difícil organizar una posada, y como no se pueden quemar cohetes, lo que hacemos es inflar vejigas, y a las 12, las pinchamos con alfileres, para recordar cómo era en Guatemala”, expresó.

Los hijos de Monterroso viajaron dos temporadas a Guatemala, para disfrutar con sus familiares de las tradiciones navideñas. “Les hablo todo el tiempo de cómo la pasaba cuando era niño, pero ellos tenían que sentirlo en carne propia”, añadió.

La feria de Obero

Julio Barillas presidente del Comité del Desfile de la Hispanidad, que se celebra en octubre, en Nueva York, afirmó que diciembre le recuerda el pueblo donde nació, Obero, Escuintla, y la feria patronal.

“Obero es el pueblo más bello del mundo, y la feria es lo que más extraño en la Navidad. La rueda de Chicago, el zapato, la pequeña montaña rusa, el chicotazo, las ventas de dulces, el panito de la feria y el tambor que se ponía en la iglesia que estaba a la vecindad de mi casa”, manifestó emocionado.

Barillas recordó, como anécdota, que cada 25 de diciembre, el padre Morataya celebraba bautizos colectivos, y que en Obero vivía la abuela de su hoy esposa, Amelia Beatriz.

“A ella la conocí en la feria de Escuintla, un 8 de diciembre, y el próximo 26 de enero cumpliremos 50 años de casados. Los recuerdos de Guatemala son los más gratos de mi vida”, añadió Barillas.

Niño Dios

“Acá, siempre ponemos al Niño Dios, y a veces se lo roban, y lo entregan con fiesta”. – Julio Barillas, presidente del Comité del Desfile de la Hispanidad, en Nueva York.

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