La UE confía a los países del este el control de su frontera

Nueve países se suman al espacio Schengen libre de controles

La Vanguardia, , 21-12-2007

BEATRIZ NAVARRO – Bruselas. Corresponsal

Desde la pasada medianoche, es posible atravesar 24 países europeos sin mostrar el pasaporte
Cientos de controles fronterizos del este de Europa levantaron definitivamente sus barreras la pasada medianoche en medio de un ambiente festivo. La ocasión -el ingreso de nueve países en la zona Schengen, libre de controles internos-reviste un gran simbolismo para los millones de europeos que vivieron separados del resto del continente por el telón de acero y que, aunque ingresaron en la Unión Europea en 2004, seguían sujetos a controles para viajar al resto del territorio comunitario. Numerosas personalidades europeas participan estos días en actos de celebración en las viejas fronteras, donde algunos países han puesto a la venta las antiguas señales de “prohibido el paso” o incluso las garitas.

Polonia, Eslovaquia, Hungría, República Checa, Malta, Eslovenia y las tres repúblicas bálticas de Estonia, Letonia y Lituania disfrutan desde hoy, premeditadamente a tiempo para las vacaciones de Navidad, de una libertad de circulación sin precedentes. Podrán atravesar sus países y viajar por casi toda laUE (sólo quedan fuera Reino Unido, Irlanda, Chipre, Rumanía y Bulgaria) sin hacer cola en los pasos fronterizos ni mostrar sus pasaportes. Y recibir turistas del resto de Europa sin someterlos a controles. En los aeropuertos, la ampliación de Schengen sólo se notará a partir del 30 de marzo, con la nueva programación de vuelos.

Pero estos países tienen también en sus manos una responsabilidad única: controlar la frontera oriental de la UE. Como condición a su ingreso, han tenido que impermeabilizar al máximo su territorio limítrofe con países como Rusia, Ucrania o Bielorrusia. Tras varios años de preparativos, financiados en parte con ayudas comunitarias, la UE considera que están técnicamente preparados para asumir el reto.

El cierre de los vetustos puestos de control, que entre España y Francia desaparecieron en 1995, queda compensado con la implantación de sofisticados sistemas de vigilancia y nuevas dotaciones de personal a lo largo de los 5.000 kilómetros de la frontera. Además, se han unificado los controles y condiciones de entrega de visados a extranjeros. Los cuerpos de seguridad de estos nueve países están ahora conectados a la base de datos informática Schengen, en la que se comparte información sobre personas buscadas, desaparecidas o sujetas a restricciones, además de información sobre vehículos, armas o documentos sustraídos.

Pero en algunas regiones fronterizas de Alemania y Austria la población teme que los controles no sean eficaces y se conviertan en un coladero para las bandas de crimen organizado o la inmigración ilegal. Un pueblo austriaco cercano a Hungría ha contratado seguridad privada para patrullar sus calles por la noche.

Se espera que el final de los controles internos se traduzca en un aumento del turismo y la actividad económica en estas zonas. Polonia, que vigila la mayor parte de la nueva frontera, teme que el ingreso en Schengen complique la llegada de trabajadores del este, que necesita para suplir la emigración de la mano de obra nativa, ya que deberán solicitar un visado más caro y exigente para acceder al país.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)