Zapatero cede ante Sarkozy y entierra la iniciativa española sobre el Mediterráneo
ABC, 21-12-2007LUIS AYLLÓN ENVIADO ESPECIAL
ROMA. La apisonadora Sarkozy volvió a actuar. Ayer lo hizo en Roma y pasó por encima del Proceso de Barcelona impulsado por España en 1995, pero que ha evidenciado su falta de capacidad para hacer efectiva la cooperación entre la Unión Europea y los países de la ribera sur mediterránea. Con la presencia también de Prodi y de un Zapatero resignado ante el empuje del presidente francés, los gobiernos de Italia, Francia y España lanzaron ayer la «Unión por el Mediterráneo», proyecto al que invitan a sumarse a las instituciones europeas – fundamentalmente por la cuestión de la financiación – , junto con los países de la otra orilla del Mare Nostrum. Aunque en una declaración conjunta se aseguró que está vigente el Proceso de Barcelona, sólo se acordó de él Zapatero para decir que «se valora y se apoya», pero, a la vez para constatar que «se ha abierto una nueva etapa» y que España está comprometida con este proyecto, cuyo objetivo fundamental – aseguró – es «la regeneración del mar Mediterráneo y la paz».
La idea de esta «Unión por el Mediterráneo» es poner en marcha planes concretos de actuación en la zona compartida, algo que hasta ahora ha resultado difícil, fundamentalmente porque las tensiones entre árabes e israelíes siempre daban al traste con cualquier iniciativa. El proyecto nace con una vocación más «pragmática», como dijo Prodi, mientras Zapatero citó como ámbitos de actuación: medio ambiente, desigualdades e inmigración. Sarkozy vuelve a salirse con la suya, su plan fue aceptado por dos vecinos importantes y se concretará en una cumbre de jefes de Estado y Gobierno de los países ribereños en París el 13 de julio, y en otra el 14 entre éstos y los de la UE.
Más detalles fue imposible recabar, pues tras hacer esperar una hora a periodistas de los tres países, el trio de mandatarios no se dignó a responder a las preguntas de la prensa, que le despidió con gritos de «Esto es una vergüenza» y «Esto es una falta de respeto». De nada sirvió. Se fueron a cenar.
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