El alcalde asegura que no hay marcha atrás en la decisión pese a las quejas por los problemas de movilidad que generará en la zona industrial Los empresarios de la zona de los polígonos El Segre y Entrevías, donde se construirá la nueva mezquita de Lleida, reiteraron ayer su preocupación ante el alcalde de la ciudad, ngel Ros, por los posibles problemas de movilidad y aparcamiento que puede generar la ubicación del templo musulmán. Según los empresarios, la mezquita puede derivar en una gran aglomeración de personas en fechas concretas y repercutir en la movilidad del polígono.

El alcalde de Lleida respondió que el Consistorio tiene previsto elaborar un plan de viabilidad para evitar todos estos problemas y los empresarios, a pesar de mostrar poca confianza, se inclinaron por esperar a conocer ese plan antes de anunciar otras medidas.Asimismo, los propietarios de las empresas de la zona consideran que la presencia de un oratorio no será compatible con la actividad propia de un polígono industrial, como por ejemplo la constante entrada y salida de camiones y vehículos de grandes dimensiones.

Ros aseguró ayer en una reunión con los empresarios que no hay vuelta atrás en la decisión acerca de la ubicación del templo.En este sentido, el alcalde de Lleida recordó a los propietarios de los terrenos colindantes al futuro templo que el pleno ordinario que celebrará la Paeria mañana tiene entre los puntos del orden del día, precisamente, la ratificación del convenio con la comunidad musulmana. Cabe recordar que los concejales del equipo de gobierno tienen mayoría absoluta.

Las quejas de los empresarios arrancaron a raíz del anuncio realizado por la Paeria el 4 de diciembre del acuerdo al que había llegado con la comunidad musulmana de Lleida, según el cual el Ayuntamiento cedía un solar en la calle Josep Baró i Travé del polígono para construir la nueva mezquita. El templo debe sustituir al oratorio actual, ubicado en el centro de la ciudad, en la calle del Nord, que genera numerosos problemas y quejas de los vecinos, sobre todo porque se ha quedado pequeño ante la gran afluencia de fieles.

El acuerdo al que llegaron Paeria y musulmanes establece que la comunidad pagará por los terrenos, que son de propiedad municipal, 8.000 euros cada año. La concesión se ha establecido por 50 años.Las primeras previsiones indican que las obras no estarán hasta dentro de unos dos años, ya que en un principio se deben recalificar los terrenos, después redactar el proyecto y, finalmente, adjudicar y ejecutar los trabajos.

La decisión acerca de la ubicación de la nueva mezquita se hizo esperar varios años ante la falta de acuerdo entre todas las partes implicadas, vecinos, comunidad religiosa y Ayuntamiento.En un primer momento, se había planteado la opción de los polígonos, aunque entonces no existían líneas de autobús hasta estas zonas y la comunidad musulmana se opuso alegando que se les relegaba fuera del casco urbano.

Sin embargo, los representantes de la comunidad religiosa aceptaron la propuesta en esta ocasión, ya que consideran que con la nueva línea de transporte urbano los fieles «sólo tienen que andar unos 100 metros». El proyecto del nuevo templo ya está en marcha, y está previsto que el edificio tenga 1.800 metros de superficie.La comunidad religiosa ya ha iniciado los contactos para recaudar fondos para levantar el inmueble y ha empezado a recoger los donativos de los fieles, tanto de la zona de influencia de la capital leridana como de otros puntos del Estado.