El líder libio repite ante el Rey que si lograra 1.000 millones de dólares acabaría con la inmigración ilegal
El Mundo, , 19-12-2007MARISA CRUZ
MADRID.- De nuevo el mismo mensaje, pero esta vez ante el Rey. El líder libio Muamar Gadafi, que ayer concluyó su visita oficial a España, aseguró, en un discurso improvisado antes del almuerzo en su honor en el Palacio Real de Madrid, que si dispusiera de 1.000 millones de dólares acabaría con la emigración ilegal hacia Europa.
Esta misma sugerencia la hizo hace 10 días ante los mandatarios de toda la Unión Europea reunidos con los países africanos en la Cumbre de Lisboa.
Ni entonces ni ahora el guía de la revolución ha proporcionado detalles de la fórmula que pondría en marcha para, con tan escasos recursos, conseguir frenar la aspiración de cientos de miles de africanos por acceder a un mundo de oportunidades.
Gadafi dio con estas palabras respuesta al mensaje que previamente había lanzado el Rey, quien se refirió al fenómeno migratorio apuntando la voluntad de España de promover «un refuerzo significativo de cooperación internacional en los países de origen, tránsito y destino».
Don Juan Carlos señalaba tácitamente las dificultades con las que han topado las autoridades españolas a la hora de acordar con Libia la acogida de inmigrantes rescatados en alta mar, dentro de sus aguas territoriales o en la zona marítima en la que la responsabilidad de la ayuda y la acogida corresponde a Trípoli.
El Rey también apuntaba discretamente a las facilidades que hasta ahora ha ofrecido Libia como país de tránsito de la inmigración ilegal hacia Europa.
Gadafi insistió ayer en la necesidad de organizar los flujos migratorios al mismo tiempo que se analizan sus causas, que en su opinión no son otras que la falta de oportunidades para los jóvenes, la carencia de infraestructuras y las definciencias en la explotación de los recursos.
Ayer, el líder libio se abstuvo de acusar abiertamente a los países europeos de haber cometido un auténtico «pillaje» con las riquezas africanas. En su lugar reclamó la ayuda de la UE para lograr edificar una Africa fuerte con países unidos. En este sentido apostó por propiciar la inversión europea en las naciones africanas para crear empleo y expectativas de futuro.
Gadafi también se refirió al desafío del terrorismo que, previamente, el Rey había calificado como un «abominable azote». El mandatario africano aseguró que se trata de una amenaza «igual aquí que allí», cuyo objetivo último es minar la estabilidad de los países «sin preocuparse en absoluto por los intereses de los pueblos».
El guía de la revolución aprovechó también su brindis en el Palacio Real para invitar a los Reyes y a su «amigo Zapatero» a visitar Libia.
Don Juan Carlos apuntó, además, que España quiere ser «un factor activo de paz, diálogo y solidaridad internacional, muy especialmente en el Magreb», apostando por una estrategia que favorezca una mayor integración regional que incluya una solución definitiva para la cuestión del Sáhara Occidental.
Tanto el Rey como el mandatario libio coincidieron en destacar que, con esta visita y con los cuatro acuerdos firmados el lunes entre los dos países, se estrena una nueva etapa en las relaciones bilaterales, que debe estar marcada claramente por la cooperación en todos los ámbitos.
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