El colectivo gitano aboga por redistribuir al alumnado del centro
Diario de noticias de Alava, 19-12-2007vitoria. El barrio Sansomendi se encuentra estremecido tras los últimos sucesos ocurridos en el instituto, donde en menos de un mes dos profesores han denunciado haber sufrido agresiones por parte de estudiantes, tal y como informó ayer este rotativo. El centro, catalogado como “conflictivo” por el Departamento de Educación, busca desesperadamente una solución para devolver la normalidad a sus aulas, ocupadas principalmente por alumnos de etnia gitana.
La asociación que defiende los derechos de este colectivo en la ciudad, Gao Lacho Drom, considera que una redistribución adecuada y “voluntaria” de los alumnos del instituto Miguel de Unamuno – donde se han producido los dos sucesos de malos tratos – en otros centros de la capital alavesa resolvería el problema y reduciría la falta de disciplina que impera entre sus paredes.
Para ello, la directora de dicha asociación, Julia Chávarri, cree conveniente primero realizar un trabajo de concienciación con los padres y madres “para que vean que no es lo más adecuado que miembros de una misma familia compartan la misma aula”. “Algunos incluso ya se han dado cuenta y han empezado a escolarizar a sus hijos en centros de otros barrios de Vitoria con una población de payos y gitanos más equilibrada”, asegura. Chávarri, que no oculta su preocupación por lo que está sucediendo en el instituto de Sansomendi, niega rotundamente cualquier insinuación que deje entrever que los alumnos de este centro son más violentos que los de otros: “Es más una cuestión de instinto, que salen a defenderse cada vez que alguien se mete con un primo o un hermano”, explica la directora de Gao Lacho Drom.
una cuarta parte Este centro de Secundaria, de hecho, congrega aproximadamente a casi una cuarta parte de los 400 gitanos que actualmente están escolarizados en Vitoria. “No es pedagógico que haya tantos estudiantes de etnia gitana en una misma clase, y por ello creemos que el Departamento de Educación debería hacer una mejor distribución en distintos centros; eso sí, con el consentimiento de los padres”, añade Chávarri, que pide además que se destinen más recursos al instituto para hacer frente a los problemas de convivencia que surjan.
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