Niños inmigrantes

La Vanguardia, , 18-12-2007

SIETE mil son los menores inmigrantes que se calcula que han llegado a España sin acompañamiento con el objetivo de darse alguna esperanza de mejora en su vida. De ellos, sólo la mitad están debidamente censados por las comunidades autónomas, que les ofrecen además de cobijo y sustento, enseñanza y una salida profesional. En este sentido, hay centros cuya excelencia es muy alta, aunque no de todos reconocida. El resto de jóvenes, los no censados, se encuentran entre nosotros sin papeles, una buena parte de los cuales son chicas menores explotadas por las mafias de la prostitución.

El drama de los menores inmigrantes sin familia es un fenómeno que va a más. Si hace unos años se limitaba a unas decenas de marroquíes, que llegaban empujados por los suyos, actualmente en este contingente se hallan centenares de menores subsaharianos, rumanos, pakistaníes o incluso latinoamericanos, cuya presencia masiva complica no sólo las soluciones arbitradas, sino la posibilidad de que las administraciones puedan ejercer un control sobre ellos. Pero censarlos a todos significará arrancarlos de los delincuentes que los explotan.

En paralelo a esta realidad tan dramática, por lo que supone para ellos tanto su alejamiento del núcleo familiar como la explotación, está la de que se trata en general de un grupo cuya existencia entre nosotros tiene el lado positivo de su capacidad de supervivencia y sus ansias de aprender y mejorar.

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