Carlos Villar, asesor jurídico de la oenegé Ecos do Sur, explica que no existe una estimación fiable del número de inmigrantes africanos que pueden existir en Galicia. «Es imposible determinarlo. Ni siquiera hay un registro telemático en los aeropuertos. Ojalá existiera para poder hacer una estimación con la que tratar el problema». Villar sostiene que puede haber «el doble de los que están legalmente o más». Siguiendo esa indicación en el 2006, el Instituto Nacional de Estadística recogía una colonia africana en Galicia de 1.187 personas. La realidad demuestra lo corto de esa cifra.

Respecto al nivel de formación, se puede tomar como ejemplo el caso del ghanés Emmanuelle Kwabena, bastante descriptivo. Sabe hablar francés, inglés y español, y en su país trabajaba como profesor de literatura inglesa. Como él, muchos de los africanos que entran en Europa de modo clandestino, poseen estudios universitarios y conocen varios idiomas. Según Kwabena, las clases bajas no se lo plantean: «A la gente que se dedica a la agricultura ni se le pasa por la cabeza dar el salto a Europa, salvo alguna excepción. Ellos no ven lo que hay aquí».