Huixin Lu es una mujer china de 25 años. Una característica que comparte con, al menos, doce millones de paisanas. Pero lo que la distingue de todas las demás son sus ganas de conocer el mundo. De entenderlo y de cambiarlo. Huixin nació en Liao Ning, una ciudad en el noroeste de China, hija de un contable y de una modista que emigraron hace seis años a Estados Unidos. Ella es licenciada en Lengua y Literatura Inglesas, ha estudiado en Londres y París y trabajará como consultora. «Ser mujer en áreas rurales de China es todavía hoy un problema», explica Huixin. «Si una familia en el campo no tiene suficientes recursos para educar a todos sus hijos, dará siempre prioridad a los varones. En las ciudades la situación es algo mejor. Yo me siento una privilegiada. Si una se esfuerza puede lograr algo, como estudiar fuera».

– ¿Qué le importa a una joven china como usted?

– Lo primero es el valor de la familia. Eso está por encima de todo. Si ocurriera algo sacrificaría todos mis intereses y esperanzas por los míos. Soy tradicional. Me gusta la literatura, la cultura…

– En Europa estamos algo asustados ante su crecimiento. Nos invaden con sus productos.

– Deben ir allí y conocernos. Es cierto que estamos sufriendo grandes transformaciones, pero eso sólo sucede en un cinturón de ciudades costeras. El interior se mantiene intacto. Sé que la situación no es muy buena.

– ¿Qué le choca de Europa?

– La mentalidad. Ustedes son más abiertos, quieren conocerlo todo. Ser más religiosos les hace ser también más disciplinados. En China nos movemos más por cuestiones materiales. Un ejemplo, somos muchos miles los jóvenes que estudiamos fuera del país. Apenas tres de cada diez regresaremos para trabajar por nuestras ideas. Yo busco y aprendo. Sentido y sensibilidad.

¿Son suficientes las medidas existentes?, ¿cómo combatirías la violencia contra las mujeres?, ¿qué propones?