España repatrió ayer a 120 inmigrantes paquistaníes que habían sido arrestados en una macrorredada en la zona boscosa que circunda el pantano del Renegado, en Ceuta. De madrugada, un grupo de cuarenta policías se adentraron en la zona para apresar a los inmigrantes indocumentados, que habían escapado del centro de internamiento para evitar ser devueltos a su país, que había aceptado acogerlos, tras hacerles pruebas para garantizar que procedían de Pakistán.

Los sin papeles habían establecido un sistema de vigilancia para evitar que la policía pudiera capturarlos. Por ello se decidió aprovechar las horas de sueño para organizar la redada, que se desarrolló sin incidentes de importancia, según fuentes de los cuerpos de seguridad.

Los inmigrantes fueron trasladados en autobuses especiales al Centro de Estancia Temporal (CETI), desde donde viajaron a Málaga. Allí subieron a un avión, fletado especialmente para esta operación, que los llevó directamente a Islamabad.

Los paquistaníes habían huido con la esperanza de recibir el mismo trato que los 30 bangladesíes, también fugados del centro de internamiento, a los que el Gobierno español ha evitado expulsar, después de una campaña de varias oenegés.

Repatriaciones costosas

Los mismos organismos han denunciado la situación del CETI de Ceuta, que sobrepasa en un 40% su capacidad máxima. Mientras, España ha gastado 13 millones de euros en repatriaciones entre enero y agosto.