Veneran en EU a Madre sin fronteras
El Universal, , 13-12-2007WASHINGTON . Fernando Salvador, un inmigrante indocumentado de San Pablo del Monte, en Tlaxcala, se ajusta los tenis mientras masculla algunas oraciones para sus adentros. Por cuarto año consecutivo es el encargado de tomar la antorcha guadalupana y hacerla cruzar el puente George Washington que une la ciudad de Nueva Jersey con Nueva York donde la catedral de San Patricio recibe en mar de multitudes a la Virgen de Guadalupe.Fernando no puede cruzar la frontera. Pero cada año, hace una pausa en su trabajo en la construcción para llevar la antorcha que, por la noche, se multiplicará por decenas para dar testimonio de la fe guadalupana en una larga lista de parroquias de Nueva Jersey y Nueva York, asegura María Zúñiga, la capitana del maratón que ha llegado desde México en tumultuosa peregrinación.En Los Ángeles, Hortensia Zavala, una inmigrante de Puebla, aprieta un ramo de rosas y alcatraces contra el pecho.Desde las 4 de la mañana se sumó al coro de cientos de inmigrantes que, entre lágrimas y oraciones, le llevaron mañanitas a la Virgen hasta la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles.Todos los años le llevamos mañanitas a la Virgen. Es la única que nunca nos ha abandonado desde que salimos de México. Y gracias a ella, mis hijos han cruzado a salvo la frontera y nunca nos hemos enfermado. Siempre le hemos tenido mucha fe, dice Hortensia.En la iglesia de la Sagrada Cruz, en Chicago, el sonido de los mariachis se escuchó desde la víspera, en una velada dedicada íntegramente a la Virgen de Guadalupe. La jornada incluyó una bendición a los niños y niñas y una misa solemne en la que cientos de feligreses imploraron a la guadalupana el milagro de una reforma migratoria:La devoción de nuestra gente crece todos los años. Desde la madrugada se va juntando nuestra gente que, en su mayoría, viene a rezarle para pedirle salud, trabajo y que se le arreglen sus papeles migratorios de una vez por todas, aseguró Luz Quintana, ayudante del párroco Bruce Wellens, en una Iglesia enclavada en el sur de Chicago, donde pululan miles de familias de origen latino.Como un árbol frondoso, la devoción de millones de inmigrantes a la Virgen de Guadalupe se extiende cada 12 de diciembre a través de distintas ciudades y localidades de la geografía estadounidense.Mujeres y hombres que apresuran a su prole, se apretujan entre un ejército de peregrinos, la mayoría de ellos indocumentados, que llevan flores y veladoras hasta los pies de una imagen que cada año avanza y se reproduce en distintas partes de Estados Unidos.La imagen de la Virgen es muy querida y venerada entre nuestra gente. Pero hay lugares en donde se le ve como un símbolo de la invasión de los inmigrantes, asegura María Zúñiga, al reconocer que la Virgen de Guadalupe es sin duda alguna el estandarte y el símbolo más poderoso de la comunidad inmigrante en Estados Unidos.Mensaje de esperanzaEl mensaje de esperanza, unidad y compasión que la Virgen lanzó hace ya 476 años atrás, es hoy más vigente que nunca entre nuestra comunidad inmigrante en Estados Unidos, aseguró el obispo auxiliar de la arquidiócesis de Los Ángeles, Oscar Solís.Por eso, nuestra Virgen es considerada como una madre sin fronteras a la que seguimos implorando el fin de la retórica antinmigrante y terminar con esos muros de injusticia, aseguró Solís, mientras coordinaba los trabajos de una jornada salpicada de peregrinaciones, oraciones colectivas y los juramentos que millones de inmigrantes dedican a la Virgen con la esperanza de que les haga el milagro.La gente está cansada de vivir con el temor a las redadas y a las deportaciones. Y muchas de las súplicas a la Virgen van en este sentido. La mayoría de nuestra gente, le pide a la Virgen el milagro que un día de estos este país les pueda aceptar como ciudadanos de pleno derecho, aseguró el padre John Moretta, de la iglesia de la Resurrección en Los Ángeles,
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