El ministro de Sanidad, Bernat Soria, aseguró ayer en Valencia que en materia de financación sanitaria “los inmigrantes aportan el 6,2% y gastan el 4%, aportan más que gastan” y destacó que la inmigración se debe “incorporar como un valor a la sociedad, no como un problema”. Soria realizó estas declaraciones en el trasncurso de una conferencia titulada “Desafíos actuales de la sanidad española” en el Club de Encuentro Manuel Broseta.

En opinión del ministro la situación de los inmigrantes es así porque la población que llega procedente de otros países presenta un promedio de edad joven, es decir, ocupa un segmento que aporta cotizaciones para “financiar la salud de todos”.

Parte de su intervención estuvo dedicada al modelo sanitario español y su financiación. Del Sistema Nacional de Salud dijo que está “reconocido como uno de los mejores del mundo” y que la OMS sostiene que de “los 191 países con sistema de salud, España ocupa el séptimo lugar”.

En su análisis sobre financiación señaló que en España no se puede hablar de sistema estatal, sino de las autonomías y recordó que está pactado “cuánto se lleva cada comunidad”. Insistió en que se dan las cantidades conforme “a lo que se pactó y 6.800 millones más”. En referencia a la Comunitat aseguró que en “los dos últimos años ha recibido 1.200 millones de euros”.

Al explicar el modelo de financiación, Soria se preguntó si “el ministerio de Sanidad puede saber en qué se ha gastado el dinero” cada comunidad y la respuesta que ofreció fue “no”.

Sin embargo apuntó que sí que se da la intervención del Estado cuando se consideran necesarias “políticas de cohesión” si se observa que las autonomías “deciden invertir en otras cosas”. Como ejemplo citó el plan de salud bucodental lanzado por el ministerio para facilitar dentista gratis a los niños.

Tras analizar distintos aspectos y asegurar con contundencia que el sistema español es “viable”, puntualizó que “es financiable”, pero hay que aplicar medidas que inviten a conductas saludables. Mencionó la ley antitabaco que ha propiciado que en “ciertas comunidades autónomas se ha detectado una reducción del 11% del infarto de miocardio”.

En declaraciones a los medios de comunicación, el ministro calificó de “contraria a la salud y a la ética” la conducta de cualquier organismo que recomiende “la no utilización de preservativos como mecanismo de protección frente al sida o cualquier otra enfermedad”.

Así, respondió a una pregunta sobre la opinión que le merece que la Generalitat financie un organismo que cuestiona la eficacia de los preservativos, en referencia al Observatorio de Bioética del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad Católica de Valencia (UCV).

Las palabras del ministro señalaron como principal desafío e investigación biomédica conseguir “la transferencia de conocimiento y los hallazgos producidos en el laboratorio puedan aplicarse en los tratamientos clínicos de la forma más rápida y efectiva posible”.

Para cumplir con con ese objetivo “el Gobierno ha diseñado una serie de medidas que harán posible que ese conocimiento se traslade a los enfermos”, afirmó.