Detenidos dos menores en Palma por la muerte de un guineano
El Mundo, , 11-12-2007Los chicos pertenecen a una banda y no conocían de nada a la víctima No se conocían personalmente, pero todo indica que los presuntos asesinos de Eusebio Abulabate Sopale, el joven de 16 años de origen guineano acuchillado el domingo en Palma, iban a por él. Los sospechosos ya han sido detenidos: los hermanos J. y R. M. M., de 15 y 17 años de edad.
Agentes del Grupo de Homicidios de la Policía detuvieron a los presuntos autores en su domicilio a la 1.30 horas de ayer. Entre lo que contaron los testigos y las pesquisas que ya se han realizado se ha podido averiguar aproximadamente lo que sucedió el domingo por la noche.
Eusebio, conocido como Berti, regresaba anteayer de la comunión de una prima cuando se cruzó con media docena de jóvenes, al parecer relacionados con la banda urbana juvenil de los Bling Bling.
J. y R. se lanzaron sobre él. No lo conocían personalmente, aunque otros pandilleros, vecinos de escalera de Berti, le habían amenazado anteriormente.
Miembros de la familia de Eusebio, que volvían caminando cerca de él de la misma fiesta y que lo vieron todo, niegan que hubiera una pelea entre bandas o grupos. «Fueron por él y no les hicieron nada a los otros dos jóvenes [también de origen guineano] que lo acompañaban», comentan.
Según la reconstrucción de los hechos, J., de 15 años, propinó un botellazo en la cabeza a Berti. R., de 17, le dio luego cuatro puñaladas, tres en la parte frontal del tronco y una en la espalda, en un riñón, mortal de necesidad. Eusebio cruzó la calle y se desplomó.
Del lugar del crimen los sospechosos huyeron hacia la zona del Canódromo, a menos de 500 metros de la escena del crimen. Allí arrojaron el cuchillo entre unos matorrales y allí lo encontró ayer por la mañana la Policía, gracias a comentarios hechos por los propios detenidos en la comisaría.
Janka Jurkiewickz, portavoz de la Policía, insistió ayer en que la versión oficial señala que el encuentro entre Eusebio y los hermanos M. M. había sido «fortuito», que no había pruebas para decir que los Bling Bling habían marcado a Berti y encargado su muerte.
Sin embargo, los agresores no eran conocidos de la víctima, no se habían peleado con él esos días y no eran sus vecinos, con los que alguna vez había tenido problemas.
De hecho, la propia Policía no acaba de desechar la teoría de la pelea o ajuste de cuentas entre bandas. Investigan si Berti perteneció en el pasado a otra pandilla, la de los GA, también de origen dominicano.
Los agentes también investigan si Eusebio participó en los incidentes entre bandas que se produjeron en Palma el verano pasado. La familia, sin embargo, no cree que Eusebio haya tenido nada que ver con acontecimientos violentos o de otra índole. Para ellos es solamente una víctima y nunca ha estado relacionado con las bandas callejeras.
«En Guinea Ecuatorial no hay bandas y, si se juntan varios jóvenes, eso no quiere decir que sean una banda», explicaban ayer los familiares del fallecido.
El nuevo ‘tintineo’ de los Bling Bling
PALMA. – El asesinato del domingo ha puesto de manifiesto la presencia de una nueva banda en Palma, que se junta a las conocidas Latin Kings y Ñetas.
Se trata de los Bling Bling, de origen dominicano y que deben su nombre a una onomatopeya del tintineo de las joyas de oro, por las que sus miembros sienten pasión.
Hace tiempo que la Policía detectó la presencia de este nuevo grupo, aunque hasta ahora no se ha querido relacionar con él el asesinato de Eusebio Abulabate. Los agentes piensan que, más bien, los dos hermanos detenidos sean unos imitadores, ya que ni siquiera pertenecen a la etnia de la que suelen ser los miembros de los Bling Bling.
Pese a ello, muchos amigos del asesinado ya se han juramentado para atacar a esta banda durante esta misma noche.
Sean los hermanos M. M. imitadores o no, lo cierto es que los Bling Bling se han asentado con fuerza en Palma y sus miembros ya han sido detectados por la Policía, que trabaja ahora para controlarlos.
La autoridad judicial ya ha dictado algunas órdenes de alejamiento entre los pandilleros y sus víctimas, similares a las que se realizan en los casos de violencia doméstica.
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