REPORTAJE

Sin trabajo, sin refugio y sin comida

Decenas de inmigrantes duermen en las calles de Jaén

El País, GINÉS DONAIRE, 11-12-2007

“No sé dónde ir, no tengo comida ni puedo trabajar en la aceituna porque no tengo papeles”, exclamaba ayer a las puertas del albergue de temporeros de Jaén Domba Houma, de Mali. A su lado, Francis Donathus, de Nigeria, se preocupaba más por el sitio dónde dormirá a partir de hoy, una vez que ya ha cumplido las tres noches de estancia máxima en este centro.

Como ellos, decenas de inmigrantes se agolpan cada día a las puertas del albergue de la capital, que lleva varios días con sus 200 plazas colapsadas. Sólo la presión de voluntarios de Cáritas y de la HOAC ha hecho que se repartieran más colchones y mantas para que muchos pudieran tener al menos un techo donde pasar la noche. Con todo, decenas de temporeros no han tenido más remedio que dormir entre cartones, en cajeros automáticos o en soportales, con temperaturas que la última noche estuvieron bajo cero.

“Es una situación dramática, cuando no kafkiana”, comenta Javier Cruz, presidente de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Jaén, una organización que lleva días repartiendo bocadillos entre los inmigrantes que no han encontrado cobijo en el centro de la capital. Ayer mismo, voluntarios de HOAC, de Cáritas Interparroquial y de otros grupos sociales se personaron al atardecer a las puertas del albergue para llevar comida y, sobre todo, llamar la atención sobre el estado en el que se encuentran estas personas, precisamente en la jornada en la que se conmemoraba el Día Internacional de los Derechos Humanos. “Hacen falta más recursos, no puede ser que se repitan año tras año las mismas escenas”, asegura el presidente de la HOAC.El presidente de Cáritas, Francisco Javier Porras, dice que la solución es menos costosa que una pequeña parte del alumbrado navideño de las calles jiennenses.

La tensión por la situación de colapso no se da únicamente en el albergue de Jaén, sino que se extiende a otras localidades cercanas donde el sindicato CGT ha constatado la existencia de inmigrantes durmiendo en la calle, como Úbeda o Villargordo. Pese a todo, el delegado del Gobierno andaluz en Jaén, Francisco Reyes, cifró ayer en el 93% la ocupación de los 20 albergues de la provincia, llamando la atención sobre la existencia de 50 plazas libres sobre un total de 700. La estancia máxima en los albergues (abiertos para la campaña de recolección de la aceituna) oscila entre los tres y los cinco días según el municipio, porque la Administración entiende que son centros de tránsito hasta que los temporeros son contratados por los empresarios oleícolas.

En el caso de la capital, la concejal de Asuntos Sociales, Carmen Guerrero, ha recordado que la capital oferta el mayor número de plazas pese a su menor peso agrícola, y apuesta por una solución “desde el ámbito provincial” a la hora de atajar este problema. Cuando los temporeros cumplen el límite de estancia en los albergues se les ofrecen billetes de autobús, bien hacia otros albergues de la provincia o bien hasta otras provincias o sus destinos de origen. La Administración recela sobre la conveniencia de ampliar el número de plazas del albergue de la capital por entender que se favorecería el efecto llamada. “Hay que dar respuesta a situaciones humanas desesperadas”, replica el presidente de la HOAC.

Este año, la propia Junta de Andalucía ha financiado una campaña radiofónica en otras provincias con campañas agrícolas advirtiendo de que las necesidades de mano de obra en la aceituna ya estaban cubiertas, con el fin de evitar los asentamientos que se han dado en otras provincias.

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