Adiós polacas, llegan las marroquíes

ABC, LUIS DE VEGA, CORRESPONSAL., 07-12-2007

«Te vamos a seleccionar, pero tendrás que adelgazar», le dice la entrevistadora de Freshuelva a Mounmi, una tangerina de 38 años a la que el sobrepeso puede jugar una mala pasada en la dura tarea que supone la recogida de la fresa. «Tengo experiencia en la recogida y venta de hierbabuena y patatas», se defiende la mujer, que da saltos de alegría minutos después con el visto bueno de los empresarios españoles en la mano.
Junto a Mounmi varios cientos de mujeres se agolpaban ayer en la Casa de la Cultura de Mohamedía, al sur de Rabat, para optar a un puesto de trabajo de temporada en la campaña agrícola onubense de 2008. Por vez primera la selección se amplía este año a las ciudades de Fez y Agadir, para evitar que las candidatas viajen cientos de kilómetros.
Sólo para la provincia de Huelva se ofertan 11.127 puestos de temporero en Marruecos, de los que 2.786 serán ocupados por repetidores del año anterior y 8.341 frente a los 4.632 de 2007 por personas que serán seleccionadas estos días. La inmensa mayoría de los puestos son absorbidos por mujeres destinadas a la fresa.
La explicación para que los puestos ofrecidos a marroquíes se hayan disparado se encuentra en el «descenso de contrataciones en los países del este», explica a ABC Hafid Kamal, director general de la Agencia Nacional Marroquí de Promoción del Empleo y Competencias (Anapec).
Así lo reconoce también Juan José Rojas, coordinador laboral de Freshuelva, que al «descenso de polacas», cuyo país se une poco a poco a los engranajes de la Unión Europea, añade el hecho de que los empresarios onubenses «reclaman más mano de obra aún».
Senegal y Ucrania
España y Marruecos firmaron un acuerdo de mano de obra en julio de 2001. En 2003 se llevó a cabo la primera operación para seleccionar temporeros marroquíes que, junto a los de otras nacionalidades, se encargan de recoger cientos de miles de toneladas de fruta que se pudrirían si no fuera por ellos. A marroquíes, rumanos, polacos y búlgaros se unirán como novedad en 2008 los contingentes seleccionados en Senegal y Ucrania.
La experiencia ha curtido a lo largo de estos años a las autoridades marroquíes y españolas, que vieron cómo al principio el programa podía peligrar por el elevado número de personas que ignoraban su compromiso de regresar al Reino alauí al terminar sus tres o cuatro meses de trabajo.
Sólo mujeres con hijos
De aquellas cifras iniciales que rondaban el 60 por ciento se ha pasado al 17,5 por ciento de la temporada 2007, según datos de la Comisión Onubense de Patronales Agrarias (Copa) del pasado mes de septiembre. Kamal, el director de la Anapec, lo reduce al «diez por ciento».
El empeño por ambas partes es evitar que los temporeros se evaporen a la hora de volver a su país. Para ello primero se prescindió de los hombres y después se dibujó un perfil tipo de la candidata: mujer del campo, con experiencia agrícola, de entre 18 y 40 años y con hijos o cargas familiares que la obliguen a regresar.
«Una prima mía fue seleccionada el año pasado y al terminar se fugó. Ahora lo está pasando mal porque no encuentra trabajo. Yo no haré lo mismo», asegura Mounmi, que ganará recogiendo fresas en España cerca de 35 euros por jornada, unas diez veces más que en Marruecos.
Por eso la Casa de la Cultura de Mohamedía era ayer un hervidero de mujeres llegadas de pueblos ataviadas con chilaba y cubiertas por el «jiyab» (pañuelo) dispuestas a ganar en unas semanas de trabajo lo suficiente para sacar adelante a toda su familia el resto del año.
Fatna Chafai, nacida en 1972, era de las más sonrientes al enseñar el visado que le ha permitido viajar a Moguer por segunda vez este año a recoger fresas. Está convencida de que volverá a repetir en 2008.
¿Pero cómo es posible que España reclame cada año para los campos onubenses varias decenas de miles de trabajadores extranjeros a pesar de los índices de paro? Esta es la pregunta del millón. «No entro en eso», dijo Rojas, de Freshuelva, tratando de evitar la polémica.

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