El Festival de las Dos Orillas tiende un puente cultural entre España y Marruecos

Artistas de los dos países actúan conjuntamente en varias ciudades

La Vanguardia, , 07-12-2007

CARLA FIBLA – Rabat. Corresponsal

“La situación política nos preocupaba, pero hemos seguido trabajando con normalidad”, explica la coordinadora
Omar Azziman, embajador marroquí en Madrid – que fue llamado a consultas por el rey Mohamed VI hace cinco semanas a raíz del viaje de los reyes de España a Ceuta y Melilla-, podrá disfrutar, sin embargo, del primer Festival de las Dos Orillas.

El paradójico desencuentro que viven las relaciones políticas entre ambos países no sólo no afecta a los intercambios culturales, sino que incluso parece ridículo y sólo constata la falta de conocimiento mutuo. Algo que, desde mañana y hasta el 15 de diciembre, pondrá a los políticos en evidencia al comprobar la capacidad de compañías y artistas marroquíes y españoles para trabajar juntos, crear y revisar la historia común, la que sigue separando y uniendo de forma tan visceral. “La cultura es una manera de ver el mundo, de relacionarse con las personas, de estar y pensar. Es fundamental. A raíz de la situación actual el equipo estaba muy preocupado, sin embargo hemos seguido trabajando porque es importante defender ese espacio de normalidad, de creación”, explicó Ángela Monleón, coordinadora del Festival Dos Orillas, a La Vanguardia. “La cultura puede superar situaciones de conflicto porque pone a las personas en el centro. El arte defiende el valor de las personas”, concluyó Monleón quien, a través del programa Al Mutamid concebido por la fundación Instituto Internacional del Teatro del Mediterráneo (creado en 1990), ha llevado a la práctica la “voluntad de diálogo” de la que alardean los gobiernos español y marroquí, pero que como estamos comprobando a menudo carece de la solvencia y capacidad de acción de programas como Al Mutamid.

El Festival Dos Orillas es el broche de oro para concluir un año 2007 repleto de actividades a ambos lados del Estrecho. Más de 20.000 escolares han participado en el programa La llegada del otro contra la xenofobia, “para asumir que la diferencia es positiva y necesaria, que hay que pactar, conocerse y quererse desde la diferencia”. Monleón asegura que en este festival “España no ha venido a Marruecos para hacer un espectáculo, sino que unas personas e instituciones de ambos países han decidido hacer un programa juntos”.

En ese juego de absoluta comprensión y respeto del otro, han nacido dos versiones marroquíes de obras españolas. La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, se ubica en Les filles de Lalla Mennana en el norte de Marruecos. Una familia de mujeres controladas por Lalla Mennana (Doña Bernarda) que se revoluciona ante la llegada de un joven que quiere casarse con la hija mayor antes de emigrar a España.

También la adaptación libre de Las manos, que habla de inmigración, memoria perdida, encuentros y desencuentros generacionales, ha sido abordada en La henna de nuestras manos para explicar “lo que las mujeres marroquíes sabemos”. Representada por la compañía Takoon, se debate entre el pensamiento moderno y la rica tradición que creen debe perdurar. “Hay muchas cosas de las manos en la búsqueda de la memoria, pero la historia y los personajes son otros. Ha sido una experiencia muy rica ver cómo estas espléndidas actrices marroquíes han convertido el texto en algo suyo”, argumentó con entusiasmo Monleón.

La necesidad de compartir y crecer sobre un escenario es la que ha hecho que otra compañía marroquí sea capaz en Zankat Shakespeare, una obra que transcurre en una calle cualquiera de Tánger, de que el amor imposible, los celos, el falso rumor, el odio, la venganza, el dinero, el poder… Shakespeare, se convierta durante casi dos horas en nuestro coetáneo.

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