L’Oreal forma en el valor de la diversidad e introduce el mestizaje en sus equipos para dar respuestas a una clientela muy variada Una mujer coreana utiliza una media de 20 productos de belleza al día. Una española, seis. Resultan evidentes las buenas perspectivas de negocio que ofrece el mercado asiático a las empresas de cosméticas, como L’Oreal.

La firma francesa lleva haciendo marca en Asia desde 1997, entendiendo su cultura para saber qué quieren las jóvenes coreanas cuyo ritual matinal pasa por una veintena de milagrosos mejunjes. Este mismo esfuerzo es el que realizan en los 130 países en los que venden sus 19 marcas internacionales, repartidas en divisiones: profesionales, de lujo, cosmética activa y gran consumo. Esta última partida, en la que se encuentran las marcas de Garnier, Maybelline, L’Oreal París y Softsheen – Carson, y que se comercializan en grandes superficies, representa el 53% del negocio de la compañía.

Crear en la diversidad

«Hay que llegar y conocer a nuestros clientes, responder a sus necesidades. En este sentido, desde el área de formación, estamos invirtiendo en una cultura de diversidad. Trabajar en equipos diversos potencia la creatividad. Nosotros llevamos productos muy diferentes para gente muy distinta y que tienen que ser planteados por gente también muy diferente entre ellos». Sagrario Rodríguez, directora de formación del grupo en España, explica así la mayor apuesta de su departamento y cómo ésta se encuentra alineada con la estrategia de negocio general de la firma en el mundo.

Dos días, de nueve de la mañana a seis, a través de dinámicas de roll play y similares, la empresa pretende sensibilizar sobre los temas de diversidad. «Aspectos de género, nacionalidad, origen étnico, social, edad, discapacidad… Todos los directivos van a pasar por este programa que, además, tendrá apoyo en el boletín interno de la compañía, que reflejará las acciones de diversidad que emprendamos», señala Rodríguez.

El área de formación dentro de L’Oreal España es joven, apenas cuenta con dos años de autonomía dentro del departamento de recursos humanos. Pero hay algunas cosas que ya están muy claras: la mayor parte de los ponentes en los programas formativos pertenecen a la propia compañía y los productos que contratan a proveedores externos son hechos a medida de la empresa. Estos dos aspectos inciden en el desarrollo de una cultura de grupo con la que se pretende identificar al empleado de la firma y una manera L’Oreal de hacer las cosas, desde Canadá a Sudáfrica. Los recién llegados a la firma comienzan con un programa de acompañamiento personalizado que dura dos años denominado Fit (Flow – up and Integration Track, siglas en inglés, primer idioma de la compañía aunque su casa matriz esté en París). Este comienza en el mismo momento en el que el trabajador cierra su contrato con la cosmética.

Programa de acogida

Los 2.422 empleados de L’Oreal España han pasado o están pasando por este curso de acogida e integración en los valores de la empresa, lo que supone que todo recién llegado recibe un acompañamiento individual de un directivo de la compañía y, además, se le obliga a pasar por una experiencia comercial de entre dos y seis meses.Las 800 personas que trabajan en las tres fábricas que la firma tiene en España también reciben esta formación, aunque resulta adaptable a los distintos departamentos de la compañía. También orientado a la promoción interna, se acaba de poner en marcha el Programa de formación para la evaluación de directivos y colaboradores por el que, en 2006, pasaron alrededor de 500 managers de la compañía. Aquí les enseñaron la metodología que tenían que seguir en las entrevistas de desarrollo que están obligados a hacer a los miembros de su equipo. Dos entrevista al año, en las que se establecen los objetivos del empleado dentro de la firma y se traza el camino para alcanzarlos.

«Cuanto antes se integre en nuestra compañía el colaborador, antes podrá crecer dentro de la firma», señala Sagrario. Y ella es un buen ejemplo de esta promoción interna. Bioquímica, comenzó en márketing del área de gran consumo; después de ocho años, fue nombrada directora de recursos humanos de la división de lujo y, ahora, es la directora de formación de L’Oreal España.

L’Oreal España enseña a vender en peluquerías

Por lo menos dos días a la semana, Sagrario Rodríguez, directora de formación de L’Oreal España, los dedica a entrevistarse con proveedores de formación externos. Lleva dos años en su cargo, el mismo tiempo que tiene la unidad de formación, creada en 2005.«Ahora estamos empezando a hacer cosas. Trabajamos con muchas escuelas y consultorías. Al final, nos convencen los productos que más tengan en cuentan nuestras singularidades y que más se adapten a la cultura L’Oreal».

En este tiempo, además de poner en marcha los programas que la casa matriz tiene diseñado para los 130 países en los que está presente la firma – como el curso de acogida Fit, de dos años – .L’Oreal España se ha atrevido con productos propios, por ejemplo, el curso de ventas para el equipo comercial de la división de peluquería. Ocho sesiones formativas, repartidas a lo largo de dos años, y pensadas para representantes comerciales, jefes de ventas y responsables de zona de la unidad. «Este sector ha cambiado mucho en los últimos años. Por ejemplo, ahora hay más peluquerías chinas, y la formación recoge esta realidad cambiante», señala Rodríguez.

Los comerciales de esta división son 150 empleados, de los que el 86% participa en este curso de «habilidades directivas y personales, con seminarios orientados a desarrollar la visión cultural del grupo», aclara Rodríguez. Después les tocará el turno a los comerciales de la división de farmacia, para los que se está diseñando un nuevo programa.

Datos que cuentan

En 2006, el 46% de los cursos fueron en el área de habilidades directivas; el 51% de los empleados de España recibieron algún tipo de acción formativa y ésta fue sobre todo presencial, pues es el método que utiliza el 95% de estos programas. El e – learning se prefiere para los cursos básicos de idiomas y el primer acercamiento a la compañía.