Los españoles lanzamos una mirada bifocal sobre el fenómeno de la inmigración. De acuerdo con la tercera Encuesta Social Europea (ESE), los encuestados disciernen con claridad los pros y los contras del flujo migratorio, que consideran bueno para la economía y algo menos positivo para el bienestar social.

Así, España es el tercer país que más alto puntúa la inmigración desde el punto de vista económico, con un 5,7, sólo por detrás de Suiza (5,9) y de Rumania (6), aunque este último país es emisor de inmigrantes, no receptor. Esta nota mejora en tres décimas la de la primera ESE, y en una décima la del 2004/05. Sin embargo, aumenta el número de personas que consideran que la inmigración hace de España un país peor para vivir, con una nota de 4,9, frente al aprobado (5,9) que le daba en anteriores ediciones.

La ESE sitúa de nuevo a los españoles entre los más desafectos hacia la política y los políticos, un sentimiento que «va en aumento», resalta Mariano Torcal. Al 35,7% no le interesa nada la política, casi ocho puntos más que el año pasado y sólo superados por los portugueses (38,2%). Además, al 49,1% le cuesta mucho formarse una opinión hacia los temas políticos.

Políticos de capa caída

Por si fuera poco, los políticos y los partidos políticos reciben una nota de 3,6 en una escala de diez, y son, en España y en toda Europa, el colectivo y las instituciones peor valorados. La policía es el cuerpo más apreciado por los españoles, con una nota de 6, y aprueban raspado el parlamento, el sistema judicial, el parlamento europeo y Naciones Unidas, muy en sintonía con los promedios europeos en todas estas categorías.

La sociedad española sigue siendo «poco participativa», más dada a la protesta ocasional en manifestaciones callejeras (un 17,8%), que al trabajo comunitario, social o político. «No somos participativos, pero sí reactivos cuando sentimos amenazado un interés próximo», precisó Fernando Vallespín, responsable del CIS.