Bares con acento

Más del 30% de los traspasos de bares, en manos de extranjeros

La Vanguardia, , 29-11-2007

ANTÒNIA JUSTÍCIA – Barcelona
Uno de cada tres restaurantes que se traspasan en Barcelona es asumido por empresarios inmigrantes . Es decir, copan el 30% de lo que cambia de manos anualmente, y va en aumento según todos los índices. Barcelona es todavía ciudad de oportunidades, y su turístico centro el más codiciado. Buscan pequeños negocios que ya funcionen, con clientela fija. Y aprovechan el desencanto actual que buena parte del empresariado autóctono del sector sufre en Barcelona para coger el relevo.

Casi el 50% de estos traspasos los protagonizan curiosamente ciudadanos de países comunitarios. Entre el resto despuntan los chinos, pakistaníes y sudamericanos. “Tienen muy claro lo que quieren: ubicaciones excelentes donde poder colocar terrazas y con afluencia de gente todo el día que les permita servir desayunos, comidas y cenas”, explica Begoña Tomás, responsable de la división de restauación de la empresa Christie+ Co, especializada en asesoramiento para este tipo de transacciones. Las zonas peatonales, plazas y calles amplias en zonas turísticas como el Barri Gòtic, el Born, los dos Eixamples o los alrededores de la plaza Catalunya son sus emplazamientos prioritarios, ya que es donde presumiblemente se produce mayor facturación. “También buscan zonas donde haya hospitales o colegios”, añade Nina Duelo, socia directora de Gda& Brokers, otra de las empresas intermediarias y asesoras de las pequeñas 30% y medianas empresas.

Algo claramente diferente de lo que sucede en Madrid, donde el requisito básico que se pide en los traspasos no es tanto el emplazamiento de los bares como que estos dispongan de amplias barras donde servir la madrileña tradición de las tapas.

Mayoritariamente se decantan por locales de 80 a 100 metros cuadrados, microempresas que no lleguen a superar los nueve empleados. No más. No buscan grandes negocios, sino ganarse la vida. “Muchos franceses han cogido negocios aquí atraídos por el hecho de que es una ciudad próxima a su país y por las ventajas fiscales que aquí todavía tienen. Por un mismo negocio aquí pagan menos”, relata la experta de Chistie+ Co. De hecho, los franceses, junto con los ingleses y los italianos, son los que más se aventuran a hacerse con negocios en la ciudad, aunque en zonas de clara concentración como el Raval o la zona izquierda del Eixample el predominio sea claramente chino y pakistaní.

De hecho, Gerard Duelo, presidente y fundador de la empresa Gda& Brokers, distingue claramente los perfiles de los extranjeros que optan por los grandes restaurantes de los que buscan los pequeños bares, cafeterías o bares restaurantes. “En los segundos predominan claramente los procedentes de los países del Este – por ejemplo, hay muchos afincados en la Rambla-, los chinos y japoneses, los sudamericanos – sobre todo ecuatorianos, argentinos, chilenos y colombianos- y los pakistaníes e indios. Todos estos grupos buscan básicamente locales libres entre en Raval y el Eixample, negocios típicos e incluso de comidas caseras que ya funcionen y donde pueda llegar a trabajar toda la familia”, explica Duelo, cuya empresa eleva hasta el 80% el perfil de extranjeros inmigrantes que buscan su asesoramiento en tema de traspasos.

El precio del restaurante o bar tipo que se traspasa en Barcelona oscila entre los 120.000 y 140.000 hasta los 300.000 euros. Después está el alquiler. El distrito del Eixample ya fue en el 2005 y en el 2006 el que registró un mayor número de traspasos de todo tipo de negocios (387 y 428 operaciones respectivamente). Le siguió curiosamente Sant Martí (275 traspasos en el 2006), Sants (con 241) y Ciutat Vella (que pasó de los 300 traspasos del 2005 a 239 del 2006). Según las empresas consultadas, alrededor del 40% de las operaciones correspondieron concretamente a bares y restaurantes.

Este es un aspecto que no deja de preocupar a la patronal del sector, que ve desde hace unos tres años como progresivamente se está produciendo una expulsión del microempresario autóctono. “La mayoría de los locales 50% que se traspasan son pequeños negocios familiares , donde, o bien no hay relevo generacional, o la falta de personal hace que el sacrificio sea ya muy poco asumible”, confiesa Gaietà Farràs, presidente del Gremio de Restauración de Barcelona.

Un extremo que corrobora Joaquim Mir, socio director de VR Busines Brokers, otra de las empresas especializadas en la compraventa de negocios en marcha. “La falta de sucesión y planificación familiar hace que muchos de nuestros clientes opten por un traspaso cuando se jubilan. Son negocios duros, sacrificados, que los hijos no asumen porque han estudiado y tienen profesiones y no quieren seguir con el negocio familiar. También los hay que se cansan, porque son negocios muy personales y llevarlos durante muchos años seguidos los lleva a dejarlos”. Unas decisiones que sin duda benefician a los emprendedores inmigrantes dispuestos a coger el testigo.

De hecho, son ya muchos los estudios rigurosos que señalan el aspecto beneficioso de los emprendedores inmigrantes frente a una perspectiva social que de forma generalizada ha venido atribuyendo a los comercios regentados por inmigrantes una imagen muy negativa, llegando incluso a acusarlos de servir de tapadera de otras actividades marginales, de la baja calidad de sus productos y servicios, de la estética deficiente, e incluso de ser la causa de la crisis estructural que afecta al pequeño comercio tradicional.

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