BOGOTÁ.— “Tocaron a la puerta de la casa a las cuatro de la madrugada y de muy malos modos, apenas me dieron tiempo de ponerme unos pantalones, me llevaron esposado para un penal de inmigración donde estuve 24 días y de allí de vuelta a Colombia”. Efraín Torres vivió 12 años como ilegal en Estados Unidos. Comenzó manejando un camión, luego fue barbero hasta que pudo poner su negocio de tarjetas telefónicas que le dio una posición acomodada y la oportunidad de generar trabajo para otras 10 personas. Pero todo acabó hace algo más de un mes.Al llegar deportado a Colombia, Efraín comenzó a pensar qué haría para vivir, pero un deseo que dice haber tenido siempre lo impulsó a quitarse de la cabeza el negocio que había planeado y utilizar el local, ya arrendado en el norte de Bogotá, para instalar la primera sede del Movimiento Unidos.Ha abierto una página en internet y una dirección de correo electrónico para lograr apoyo de cualquier parte del mundo. Su objetivo: crear un movimiento global de ayuda a los migrantes indocumentados en otros países, empezando por los colombianos.“No es una organización sólo por movernos; lo que queremos es poder político, crear un partido y aspirar a las elecciones”, dijo Efraín, quien pretende poner en marcha su partido, para lo que necesita recopilar 50 mil firmas, según exige la ley colombiana.La motivación personal de Efraín es, según él, la falta de acción del gobierno de Uribe para lograr acuerdos que beneficien a los colombianos ilegales en EU. Al igual que muchos otros países latinoamericanos en espera de una política global para los migrantes, Efraín se conforma con que EU firme un acuerdo que les diera Estatus de Protección Temporal (TPS).En contra de lo que argumenta este repatriado, un documento de la cancillería colombiana asegura: “El gobierno del presidente Álvaro Uribe ha venido dialogando continuamente con su homólogo de EU a fin de que se conceda el TPS a los colombianos”. Sin embargo, aclara que “la oficina del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EU es la competente para aprobar los TPS”.Efraín, como muchos otros, no sólo dejó atrás su negocio sino a su esposa y cinco hijos, dos de los cuales son ciudadanos estadounidenses porque nacieron allá. Todos están convencidos de que el año entrante llegará una amnistía para los indocumentados en EU. Por eso la esposa de Efraín no va a regresar, pues perdería la oportunidad. “Si traigo a mis hijos los estoy sacrificando pues aquí no hay el mismo futuro, pero dejando a la familia allá, sacrifico mi matrimonio”.El día que lo detuvieron, los agentes de migración le dieron a su esposa de plazo hasta el 15 de noviembre para presentar boletos de vuelta de toda la familia y hasta el 30 del mismo mes para regresar a Colombia. La esposa de Efraín ha sacado a los hijos del colegio y se ha escondido en espera de una amnistía que tal vez no llegará nunca.Antes de llegar a esta situación Efraín buscó obtener una visa; incluso pidió asilo político, aunque nunca fue víctima de la violencia, pues el trámite demora años y durante ese tiempo lo dejaron tranquilo hasta que le fue negado en 2002 y se las arregló para permanecer un lustro más en EU.