Ni en Marbella ni en Ecuador. Yadira Pardo, la joven que el pasado 22 de octubre moría a manos de su pareja y se convertía en la primera víctima mortal de la violencia de género en la provincia este año, aún no ha podido ser enterrada, según ha podido confirmar este periódico.

Al parecer, la causa de que la joven aún no haya recibido sepultura estaría relacionada con el hecho de que su madre, que vive en Ecuador, no ha podido viajar a España debido a que aún está a la espera de que le concedan el visado necesario para poder entrar en el país, una documentación que debe ser tramitada por el consulado de España en Quito.

Así lo indicaron fuentes de la familia, que expresaron su confusión sobre los motivos por los que la madre de Yadira aún no ha obtenido el visado necesario para poder viajar a España. Estas mismas fuentes explicaron que, en un principio, se tenía la intención de repatriar el cadáver de la joven a su país, pero que el juez lo desautorizó debido a que podían precisarse futuras pruebas forenses y que, en estos momentos, es necesaria la presencia de la madre para proceder a su entierro aquí.

Razones humanitarias

Por su parte, la directora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) en Málaga, Pilar Oriente, aseguró a este periódico que el Gobierno está haciendo gestiones para que el consulado tramite cuanto antes el visado por razones humanitarias. Oriente confirmó que el entierro de la joven aún no se ha producido porque se está a la espera de que llegue la madre.

Dado que la madre de Yadira carece de recursos económicos, varias asociaciones de inmigrantes ecuatorianos se han encargado de gestionar el billete de avión desde Ecuador a España.

Marian F., rumano de 27 años y novio de Yadira, reconoció ante la policía ser el autor de la muerte de a joven, de 25 años. El hombre fue detenido dos días después de que acabara con la vida de la chica, cuando presuntamente intentaba abandonar el país. La pareja se conocía desde hacía tres años, aunque en los últimos meses la relación se había resentido. La joven llevaba siete años en España y tenía previsto un viaje a Ecuador para ver a su familia, a la que no había visitado desde su llegada aquí.