A PROPÓSITO
Repudio
El Correo, 27-11-2007La violencia machista no desciende pese a que se han endurecido las leyes contra el maltrato. Lo que sí ponen de manifiesto las medidas sobre esta lacra son las cifras escalofriantes de asesinatos de mujeres, de hombres denunciados. Año tras año el número de víctimas por el furor de sus cónyuges asciende. Van 69 antes de haya finalizado 2007. 300.000 procedimientos iniciados. 71 órdenes de protección. 41.000 juicios celebrados. 50.000 agresores condenados lo que también significa 50.000 martirizadas viviendo en el pavor de un día futuro en que sus verdugos se tomen la venganza por el castigo. Son datos que se publican. Pero no están a la vista ni se consignan en las estadísticas, las continuas palizas, las humillaciones que no se ven ni se oyen. Y si traspasan los muros de los hogares, quién se mete en líos ajenos, quién denuncia a ese tipo, ese tigre que se amansa al salir de casa y saluda con agrado a los vecinos y juega con sus hijos en el parque. Sí se ha comprobado que cuando alguien lo hace puede que se convierta él en cadáver como ese joven que murió en fechas recientes por tratar de defender a una maltratada en plena calle. Hay infiernos de vidas cotidianas, injurias, golpes cada vez más fuertes acallados por la impotencia, el círculo infernal que impide la huida, la necesidad de proteger a los hijos, la dependencia económica, la vana esperanza de que esa persona a la que se amó o aún se ama, cambie a medida que desaparece el color violáceo de los moratones. Se constata que una inmigrante en España tiene seis veces más probabilidades de morir a manos de sus parejas, en su mayoría españoles. Como las extranjeras que emigran bajo el yugo de la ancestral sumisión femenina en su países de origen. Miremos a Francia, donde miles de madres de familia procedentes del Magreb fueron repudiadas por su maridos. Expulsadas de su hogar. Hasta 2004 no se modificó la jurisprudencia y se consideró el repudio contrario a la Convención europea de los Derechos Humanos. ¿Solventará estas cuestiones la Alianza de Civilizaciones? ¿Cómo hacer cohabitar los principios democráticos de igualdad con el respeto a tradiciones foráneas repudiables?
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