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TOLEDO. La Guardia Civil ha negado que un marroquí de 18 años, Jamal El Maaroufi, fuera víctima de una «brutal» y «racista» agresión el 8 de noviembre por parte de un grupo de jóvenes en Méntrida, como sostiene la Asociación de Trabajadores e Inmigrantes Marroquíes (Atime).
Según la Guardia Civil, se trató de una «pelea normal» entre el marroquí y otro chaval, menor de edad, en la que cada uno «le propinó un puñetazo al otro». Un portavoz del Cuerpo ha afirmado que existen «numerosos testigos» que han rebatido la versión del marroquí, por lo que la investigación ha concluido que «no se trató» de un suceso con tintes racistas. Sobre el motivo de la pelea, la Guardia Civil no lo ha revelado porque «forma parte de la investigación».
«Una paliza entre todos»
Jamal declara en su denuncia que un grupo de 10 chavales le abordó en la avenida de Castilla-La Mancha, sobre las 20.00, cuando iba hablando por su teléfono móvil. Uno de ellos le pegó puñetazos y patadas por todo el cuerpo, sin un motivo aparente, hasta que el marroquí logró huir. En este momento, según la versión de Jamal, el grupo de chavales se fue hacia él y le propinó una «paliza entre todos». El joven asegura que consiguió liberarse, momento que uno de los chavales espetó: «¡Eso por moro de mierda!». Jamal se dirigió hacia la autoescuela donde iba a recoger su carné de conduir y allí fue auxiliado por el dueño, que le trasladó al acuartelamiento.
El responsable de Atime en Toledo, Mohamed Rouif, cree en la versión del joven, que «todavía sigue dolorido», y le apoyan desde su asociación porque y están convencidos de que se trató de una agresión «racista, vil e intolerable». Sin embargo, el fiscal de menores que se encarga del caso lo ha calificado como una «falta de lesiones».