España, el país de la UE con mayor porcentaje de inmigrantes, es también el que mejor los acoge. Madrid se ha convertido en la capital europea en integración de extranjeros, un bed and breakfast de cinco estrellas que es la envidia de los países vecinos.

Lo dice un estudio cofinanciado por la Comisión Europea (CE), que ha puesto nota a las asociaciones de inmigrantes de cinco metrópolis tan dispares como Milán (Italia), Tesalónica (Grecia), Dublín (Irlanda), Tubingen (Alemania) y Madrid (España) y ha llegado a la conclusión de que las nuestras son las mejores.

Los miembros de estas ONG están más motivados, las perspectivas de futuro son más ambiciosas y los recursos ofrecidos por parte de las instituciones son mejores que el resto, según el informe, que asegura: «Madrid es una ciudad modelo en la integración y participación de inmigrantes en la construcción de la Europa intercultural».

«La situación de su asociacionismo es mucho más avanzada respecto a los otros lugares analizados», añadía ayer, durante la presentación del estudio, Ana Eseverri, directora de la Asociación para la Integración y Progreso de las Culturas Pandora, organización que ha realizado la parte española del mismo.

La financiación es la china en el zapato de casi todas las asociaciones. El 96% de las españolas reconoce que sus principales problemas tienen que ver con el dinero. Es más, el 98% admite que las subvenciones públicas están condicionadas al carácter político de la organización que las solicite. Una de cada dos recibe ayudas de la Administración. Las agrupaciones latinoamericanas son las más consolidadas en España, frente a las asiáticas y africanas, que, de momento, siguen teniendo menos visibilidad.