Los centros de acogida se encuentran desbordados al alojar ya a 1.000 niños y tener que instalar camas en las zonas comunes Las islas Canarias están recibiendo una oleada sin precedentes de menores inmigrantes. En la última semana, 150 niños han arribado a sus costas a bordo de pateras, a los que hay que sumar otros 17 recién llegados entre este lunes y el martes.

Desde hace tiempo, las mafias se han especializado en el tráfico de menores y la tendencia se consolida y va en alza. Desde el Gobierno canario no ocultan su preocupación por este modus operandi y destacan que la semana pasada dos pateras iban ocupadas exclusivamente por niños, que son cada vez de menor edad. «Las mafias saben que si los menores logran llegar se quedan en España. Desde 2004, no hemos realizado ni una sola reagrupación familiar a Marruecos», denuncia un portavoz del Gobierno canario.

A diferencia de los adultos, a los que siempre se intenta repatriar a sus países de origen, los menores inmigrantes son ingresados en centros de acogida y permanecen tutelados por las comunidades autónomas hasta los 18 años. Aunque el Ejecutivo central anunció a bombo y platillo que las repatriaciones de menores a Marruecos iban a comenzar el pasado mes de septiembre, de momento no se ha producido ninguna reagrupación familiar.

El Gobierno canario destaca que la puerta de Marruecos, que estaba cerrada, se ha vuelto a abrir y las pateras salen de nuevo desde sus costas. De hecho, desde la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla se ha producido un repunte en la llegada de las embarcaciones procedentes del reino alauí.

En las últimas 48 horas, han llegado nueve menores a Tenerife en un cayuco en el que viajaban 104 subsaharianos; otros seis a Lanzarote, dentro de una patera con 21 personas, y por últimos dos menores más – uno de siete años – y al menos una mujer embarazada a Mogán, en Gran Canaria.

Los centros canarios ya acogen a un total de 1.000 menores y se encuentran completamente desbordados. La situación es cada día más difícil, ya que se tienen que instalar camas y colchones en las zonas comunes. Ante esta coyuntura, la Consejería de Bienestar Social reclama que se reanuden las derivaciones de menores a la Península – como ya se hizo en 2006 – , que ahora están paralizadas.

Esta Consejería lleva desde el mes de agosto reclamando una entrevista con el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, que, según asegura, nunca ha respondido. Denuncia además que el ministro les ha dado la espalda y que no existe interlocución alguna entre el Ejecutivo central y el autonómico, porque las relaciones están rotas.

La situación viene de lejos. Los consulados marroquíes en España tienen desde hace años paralizados 880 expedientes, y las comunidades apenas logran reagrupar a los menores con sus familias marroquíes. Al contrario, lo que se está haciendo en la actualidad es reagruparles con los parientes que ya tienen en España, lo que está generando un nuevo efecto llamada.

Ese efecto llamada se vivió ayer en Andalucía, adonde llegaron dos pateras con más de un centenar de subsaharianos a bordo, incluyendo también a varios menores.

La primera barcaza, en la que viajaban entre 68 y 70 inmigrantes, fue interceptada por miembros del Servicio Marítimo de la Guardia Civil y de Salvamento Marítimo cerca de la isla de Alborán, y fue remolcada al puerto de Motril (Granada).

Poco después, y en la misma zona, fue localizada una segunda patera con unas 50 personas a bordo.

La embarcación fue avistada por la tripulación del pesquero Secret, quienes subieron a bordo a los inmigrantes, entre los que había varios menores, según informaron a Efe fuentes de la Guardia Civil.

Miembros del Servicio Marítimo de la Guardia Civil y de Salvamento Marítimo trasladaron a los sin papeles hacia el puerto de Almería en la Salvamar Denébola.