Los 24 niños rumanos que se dedicaban a robar en cajeros son los mismos que, antes del verano, se hacían pasar por miembros de una ONG de sordos para pedir donativos en Valencia. Estos menores han pasado de “pequeños hurtos” al descuido en la calle y terrazas y de la asociación ficticia de discapacitados a cometer actos “de más importancia y de violencia contra las personas”.

El inspector jefe de la Brigada de Documentación y Extranjería, Alfredo Garrido, informó de que con la detención de 10 adultos realizadas esta semana “prácticamente” se da por desarticulada la red.

La operación, en la que también han colaborado agentes de la Brigada Central de Redes de Inmigración y del Grupo de Menores de Valencia, comenzó en agosto y concluyó con la detención en Madrid de los dos cabecillas, residentes en Valencia, donde el jueves fueron arrestadas las otras cuatro parejas.

En total son cinco hombres y cinco mujeres, de 29 a 32 años y nacionalidad rumana. Nueve de ellos ya tenían antecedentes. Presuntamente empleaban a 24 menores de entre 9 meses y 17 años para su actos.


Múltiples delitos

La policía les acusa de “asociación ilícita, abandono de menores, explotación de la mendicidad e inducción para la comisión de hurtos y delitos con violencia continuados”. A algunos también se les imputa por tráfico de menores y prostitución.

Garrido aclaró que la operación sigue abierta por la supuesta implicación en casos de prostitución de adultos en España.

También se relaciona a la banda con prostitución, pero de menores, en Rumanía. Los arrestados pasaron ayer a disposición judicial y, después, ingresaron en prisión.

A varios de los menores, los que tienen entre 14 y 17 años, sí se les podrá acusar de los hurtos y robos. Los más pequeños no tienen edad penal. La banda elegía para cada caso a los niños “más idóneos”.

Sólo en los meses de julio y agosto, las oficinas de una sola entidad de ahorro valenciana registraron 150 hurtos y robos con violencia o intimidación en sus cajeros. No todos son atribuidos a esta banda, “pero sí muchos”.

En cada acción, los niños intentaban sustraer el máximo dinero posible a las víctimas y le obligaban a sacar con sus tarjetas cantidades de hasta 600 ó 1.000 euros.

La operación policial hizo registros de dos domicilios en las calles La Reina (en la Malvarrosa) y Velázquez (cerca del Paseo de la Pechina) y en un asentamiento de familias rumanas en unas naves abandonadas junto al puente de Astilleros, en Nazaret.

A la policía le queda ahora una “ardua labor” para determinar si realmente los 24 menores son hijos de las cinco parejas detenidas o si se han falsificado sus documentos de filiación. En un solo domicilio había 17 menores: 8 supuestos hijos de una familia y 9 de otra.

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