Naufragaron tras producirse un incendio en el cayuco, al entrar en contacto un cigarrillo encendido con el fuel que llevaban para la travesía La tragedia de la inmigración en aguas del Atlántico sigue sumando víctimas mortales. Ayer, conocimos el fallecimiento, durante el pasado fin de semana, de al menos 20 inmigrantes de origen subsahariano tras zozobrar una embarcación frente a las costas de Gambia, de camino a Canarias.

Según informó Reuters, las malas condiciones del mar provocaron el siniestro. También se produjo un incendio en la barca. La policía de este país africano cree que el fuel que llevaban a bordo entró en contacto con el cigarrillo encendido que estaba fumando uno de los pasajeros.

El cayuco naufragó a última hora del sábado, a un kilómetro de distancia de Banjul, la capital de Gambia. Sólo se han recuperado siete cadáveres de las agitadas aguas del país africano.

Fue un superviviente, de nombre Lamin Fatty, el que dio la voz de alarma a las autoridades y quien informó de que a bordo del cayuco viajaban 50 personas. «El capitán [patrón], que está desaparecido, nos pidió que le pagáramos 1.000 euros para llevarnos a España», dijo Fatty a la televisión estatal gambiana.

«Creo que 30 sobrevivieron», añadió. «Les mostré a oficiales de la Marina siete cuerpos muertos».

La semana pasada, fue la policía mauritana la que comunicó la desaparición de al menos medio centenar de inmigrantes tras quedar a la deriva su embarcación, a bordo de la cual viajaban 150 personas. Después de 20 días sin provisiones, los inmigrantes fueron muriendo poco a poco. También se recuerda con estupor el hallazgo, en el mes de octubre, de siete cadáveres y un superviviente en altamar por un pesquero español.

El dispositivo de vigilancia de las costas de Senegal investiga este nuevo naufragio, según explicaron a Efe fuentes cercanas al Frontex, la agencia de la UE para la gestión operativa entre estados miembros en la gestión de las fronteras.

Pero no todas las embarcaciones se quedan a medio camino. Ayer llegaron tres a Gran Canaria y a Lanzarote, y la Guardia Civil detuvo a 60 inmigrantes, 30 de los cuales son menores de edad. También fue arrestado el patrón de la embarcación que llegó a la isla.

El primero de los cayucos fue interceptado a las 4.00 horas por agentes de la Guardia Civil. La patrullera Almirante Díaz Pimienta localizó la barquilla cuando se encontraba a una milla de Punta de Los Ancones, en el municipio de Teguise. Un total de 29 inmigrantes de origen subsahariano fue detenido tras ser trasladado a Puerto Naos. Entre los sin papales hay cinco menores de entre 14 y 17 años.

A la misma hora, en Gran Canaria, frente al municipio de Agüimes, llegó otra patera. Hasta última hora de ayer, los agentes habían detenido a 13 personas, entre ellos siete menores, ya que el resto se dio a la fuga tras tocar tierra.

La última barquilla localizada en el día de ayer fue avistada sobre las 5.15 horas en Playa de Vargas, también en Agüimes, cuando sus integrantes ya habían arribado. La policía pudo detener a 18 menores, la mayoría de origen magrebí, salvo un muchacho subsahariano. El rastreo sigue por tierra y es probable que a lo largo del día de hoy continúen las detenciones de las personas que huyeron del lugar.

Por otro lado, un dispositivo del servicio Marítimo de la Guardia Civil y de Salvamento Marítimo interceptó una embarcación en la que navegaban ocho inmigrantes cerca de la costa de Cabo de Gata (Almería). Otros 17 inmigrantes llegaron al puerto de Cartagena (Murcia) después de que fueran rescatados por una Salvamar.