Una batalla campal entre jóvenes radicales acaba con la muerte de un menor en Madrid
ABC, 12-11-2007M. J. ÁLVAREZ
MADRID. Un menor de 16 años murió ayer de una certera cuchillada en el corazón y otro joven de 19 años resultó herido muy grave en un enfrentamiento desatado entre dos grupos de ideología opuesta: nazis y antifascistas. Ocurrió en Legazpi, en el distrito madrileño de Arganzuela. Otras seis personas resultaron heridas de diversa consideración en la batalla campal que se desató en el interior del Metro y que congregó a unas 200 personas. Hay cinco detenidos, entre ellos, el presunto autor del crimen.
Los hechos sucedieron poco antes del mediodía de ayer al coincidir en el interior del suburbano ambos grupos rivales. Los radicales de extrema derecha se dirigían a una manifestación autorizada, convocada por las Juventudes de Democracia Nacional (JDN), a las doce, en el vecino distrito de Usera, bajo el lema: «Contra el racismo antiespañol. Contra la inmigración». Allí coincidieron con jóvenes antifascistas que iban al mismo lugar para boicotearla. Habían colocado pasquines por las inmediaciones con el lema: «Nazis. Vamos a por vosotros».
Doscientos se pelean en Legazpi Y, fue ahí, en el interior del vagón de la línea 3 en donde coincidieron ambas bandas rivales y se originó la monumental pelea en la que se vieron implicados centenares de personas. En ella, un joven sacó el arma blanca que portaba y se la clavó en el corazón a la víctima. Otras cuatro personas resultaron apuñaladas.
El caos fue impresionante. Golpes, gritos y carreras a diestro y siniestro se sucedieron en el andén y en el vestíbulo hasta la calle. Muchos de los participantes en la trifulca hicieron uso de los sprays que suelen llevar para defenderse, y otros echaron mano de los extintores antiincendios.
La casualidad hizo que una dotación del Samur pasara por el paseo de las Delicias en dirección a su base y viera a una veintena de personas junto a la boca del Metro, a la altura del 132. En un primer momento pensaron que discutían y pararon. Pero lo peor estaba dentro. Una auténtica riada humana pugnaba por salir al exterior. «Podría haber unos 200 de dos bandas rivales agrediéndose entre sí, con el consiguiente riesgo para el resto de viajeros y sanitarios», indicó la jefa de guardia del Samur Isabel Casado.
La situación fue muy confusa en los primeros momentos porque no se sabía la magnitud de lo ocurrido. Los contrincantes de ambos grupos se movían por el andén y salían por las dos bocas de suburbano situadas a ambos extremos de la calle. Los heridos también salieron por su propio pie. Incluso la víctima mortal, para desplomarse poco después. Estaba en parada cardiorespiratoria y, pese a que le realizaron una toracotomía de emergencia – abrirle el tórax y taparle el agujero en el corazón – pereció. El próximo día 16 iba a cumplir 17 años, y, por sus ropas no pertenecía a los «ultras». Era hijo único y vivía en Vallecas. «No pertenecía a ningún grupo», decían allegados a su familia.
El Samur instaló un hospital de campaña para atender a los heridos. De los otros cuatro apuñalados, el más grave fue Alejandro Jonatan M.M. de 19 años, al sufrir una herida de arma blanca en el hemitórax. Los otros tres, sufrieron cortes de carácter leve, explicaron desde Emergencias Madrid.
Un policía nacional resultó herido al sufrir un botellazo en la cabeza. También atendieron a un chico que se cayó por las escaleras y a una vigilante del Metro de un ataque de ansiedad. Otras nueve personas, dadas de alta en el lugar, fueron atendidas de irritación en los ojos. En la calle se congregaron entre 300 y 500 personas de uno y otro signo. Casi de inmediato, tras acordonar la zona e identificar a los testigos, la Policía detuvo al presunto autor material del homicidio: Josué E. de la H., de 24 años, que acudía a la manifestación de extrema derecha.
Enfrentamiento con la policía
Simultáneamente, la policía detectó a unas 300 personas antifascistas que caminaban en dirección a la glorieta de Cádiz, el punto del final de la concentración. Tenían una actitud hostil. Esgrimían palos, piedras y lanzaban botellas y cócteles molotov. La situación tomó tal cariz que se produjo un enfrentamiento entre integrantes de este grupo radical y los agentes policiales. Un funcionario resultó herido al sufrir quemaduras de bengala y un coche patrulla sufrió desperfectos por un cóctel molotov. Fruto de la segunda algarada otras cuatro personas fueron detenidas, entre ellas dos menores de 16 años (uno de los por lesionar al agente), otro de 15 y José Antonio M. de la H., de 37 años, simpatizante de Democracia Nacional.
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